Un teatro es un lugar que impone unas pautas de comportamiento entre el público: silencio, atención, seriedad. Todavía más un teatro como el Rialto, que conserva dentro –incluso incrementada y subrayada- toda la tradicional elegancia de lo que un día fueron en Madrid los llamados ‘cines de estreno’ que copaban la Gran Vía. De modo que los 20 músicos del espectáculo ‘Joyful’ comienzan a actuar ante un público de cartón piedra, llámemoslo así, aferrado a su butaca, envuelto en una silenciosa atención, pero todo ello irá derivando al compás de la música, de los ritmos inolvidables y llenos de emoción que llegan desde el escenario, en una pulsión que hace saltar por los aires la quietud, hasta convertirse, en el tramo final del concierto, en un decidido desmadre en el patio de butacas, con todo el mundo bailando, haciendo palmas, mezclando sonrisas y acompañando con su voz a los intérpretes. Porque ‘Joyful’ lanza sus ritmos con el argumento de que “la felicidad consiste en dejarse llevar”, que alguien dice desde el escenario, y se trata de un musical lleno de ritmo, de talento y de muchísimo trabajo dentro, un trabajo que el espectador detecta aunque no se note –como debe ser-, con una cuidada dirección escénica de Yayo Cáceres, experimentado director de teatro nada convencional, y con unas voces en los intérpretes absolutamente sorprendentes y admirables. Tremendas. El programa explica que ‘Joyful’ es “una fusión de la mejor música de todos los tiempos a través de espectaculares versiones de hits de la talla de ‘Rehab’ o ‘Crazy’, himnos góspel como ‘Let the River Run’ o ‘Hapy Day’, números pertenecientes a los célebres musicales ‘Menphis’ o ‘Sister Act’, e incluso una espectacular versión del clásico ‘Let it Be’”. El grupo Belter Sous, creado en 2016, aporta arte, talento, voz y, en ocasiones, sensualidad, a cada tema. Aseguran desde el escenario, con la dramaturgia creada por Fran García, que “cantar es siempre presente”. Sin embargo, una buena canción puede quedarse fijada para quien la escucha en un momento determinado de su vida, un instante preciso en el tiempo, y siempre que esa persona vuelva a escuchar esos ritmos lo remitirán a aquel momento del pasado. Todo el elenco de ‘Joyful’ está a una altura notabilísima. Tal vez quepa destacar la voz, el talento y la presencia de la cantante Celia Gambín. A todos. Cantaron durante más de 120 minutos. ¿El público quería que terminaran? “Now, now, now”. n
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