La Bisagra

Restepo

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Cada día que pasa, cada traslúcida declaración que hace el alcalde, cada quiebro del delegado de Fomento, cada brindis al sol de los responsables políticos de Jaén no son más que la escenificación de la falta de respeto que tienen por nosotros, por los jienenses. Que se empezó la casa por el tejado con el tranvía siempre lo he tenido claro, porque lo lógico hubiera sido conectar con un transporte público limpio y sostenible (sabía que algún día se me escapaba eso de sostenible, perdón, lo retiro) los pueblos cercanos con la capital. Es decir, un tranvía o un tren ligero que diera la posibilidad a los miles de vecinos de Torredelcampo, Torredonjimeno, Martos, por poner un ejemplo, de acercarse a Jaén de una forma rápida y económica; y después una segunda línea que vertebrara los servicios que ofrece la ciudad no sólo a sus habitantes, sino al resto de la provinica.

Sin embargo, la rentabilidad política de esa inversión era claramente deficitaria.  Una vez engullido el primer error y con un sistema tranviario que ha cambiado por completo Jaén, no me cabe duda de que es el primer escalón hacia una ciudad moderna, del siglo XXI, amable, cosmopolita y comprometida con el medio ambiente y con el bienestar de sus vecinos. Dicho lo cual, a la Junta de Andalucía debería caérsele la cara de vergüenza por seguir mareando la perdiz con el arreglo de las deficiencias del sistema tranviario tras dos años parado, provengan de donde provengan las deficiencias. Esa es su obligación, su competencia y su deuda con todos los jienenses que pagan 1’5 millones de euros al año por cinco vagones parados. Y el alcalde y su equipo de Gobierno deberían sonrojarse cada vez que salen a la calle, de lo que se jactan a diario, y ver cómo el mejor medio de transporte que tiene la ciudad no funciona por su actitud demagoga e irresponsable. Siéntense con la misma lealtad institucional que exigen del resto de administraciones y busquen una salida al tranvía. Pero háganlo, señor alcalde, calladitos, con humildad, con verdadera intención de avanzar en este despropósito y sin llamar perros-judios a sus compañeros de las administraciones a las que pide colaboración antes de sentarse a hablar con ellos, porque sus sueldos y el contrato que firman cada cuatro años con los vecinos a los que vejan a diario, cada vez más, unos y otros, no sólo precisa de que se haga lo que se puede, porque eso lo hacen los presidentes de las comunidades de vecinos. Ustedes están obligados a hacer lo que deben hacer, y si no pueden vuelvan a sus puestos y sus sueldos. Y por favor, enseñe, haga público íntegramente el informe y la oferta que hizo Ferrocarriles de Cataluña para explotar el tranvía, porque, de lo contrario, cabe pensar que está ocultando datos a los jienenses que han sido los que lo han pagado. Y usted, señor delegado de Fomento, acabe los arreglos y deje de escurrir el bulto. Siéntense, en fin, y busquen una solución al tranvía. Sólo por respeto. ¿Nos lo tienen?

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