Juan Echanove protagoniza este viernes día 12 de marzo (a las 16 horas) en el Teatro Villamarta ‘La fiesta del Chivo’, la magistral obra del escritor y Premio Nobel Mario Vargas Llosa que, bajo la dirección escénica del cineasta Carlos Saura, ha sido adaptada por Natalio Grueso y convertida en un exitoso montaje teatral.
En ‘La fiesta del Chivo’ se narran los últimos días del dictador Trujillo en la República Dominicana, desde la vivencia de Urania Cabral, una exitosa abogada que abandonó el país de forma misteriosa siendo apenas una niña.
Tres décadas después, regresa para visitar a su padre moribundo -el senador Agustín “Cerebrito” Cabral-, un antiguo alto cargo del Régimen que cayó en desgracia. Durante ese viaje se desvelará el secreto que la protagonista ha guardado celosamente desde su huida y que muestra el reinado de terror y decadencia del General.
Echanove aborda el personaje principal del dictador dominicano. A la hora de interpretar este papel, el actor señaló que su intención ha sido ser “enormemente cuidadoso con el volumen y con la pausa, y no cargar las tintas; dejar que sea la literatura la que lleve al espectador a la reflexión de estar delante de un monstruo”. En su opinión, la obra es “una advertencia clara contra los salvadores de la patria. La patria la salvan los ciudadanos”.
Para Carlos Saura, director de este montaje, ‘La fiesta del Chivo’ exige “la excelencia en la interpretación” y Echanove “se enfrenta al reto de dar todos los matices a un personaje complejo”. “Lo hace sin caer en el estereotipo y sin limitar el personaje”, subrayó.
El reparto lo completa Lucía Quintana (que asume el rol de Urania Cabral), Eduardo Velasco (Manuel Alfonso), Gabriel Garbisu (Agustín Cabral), Eugenio Villota (Johnny Abbes) y David Pinilla (doctor Balaguer).
Natalio Grueso, autor de la adaptación, ha utilizado un estilo ameno y directo que se mantiene fiel al “riquísimo” lenguaje de la obra de Vargas Llosa. Aclaró que el elemento fundamental de su versión para el teatro es “el miedo, un miedo que lleva a todos los personajes a degradarse como seres humanos”. No obstante, hizo hincapié en que la obra “es una lección de vida que nos recuerda que el valor y la dignidad son los únicos antídotos contra la maldad y la barbarie”.
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