La hostelería del centro acaba de despedirse de un puente que no pasará a la historia por ser el más rentable de todos, pero sí por haber aguantado el tirón ante el peor de los contextos que podrían haberse imaginado hace un año: un confinamiento perimetral, el cierre de sus negocios a las seis de la tarde y, por primera vez, sin zambombas ni visitas de turistas para disfrutar del encanto de estas fiestas navideñas en Jerez. Pese a estas circunstancias excepcionales por la pandemia del coronavirus, las terrazas de los bares han lucido llenas todo el puente, especialmente en las jornadas del sábado y del domingo en las que ha acompañado más el tiempo. Bastaba con recorrer enclaves como Plaza Plateros, Consistorio, Plaza del Arenal o calle Larga, puntos de encuentros obligados en estas fechas.
Otra cosa es que la facturación haya sido proporcional al público que se ha podido ver estos días atrás. “La gente ha ido al centro. Lo poco que se ha podido trabajar se trabaja, pero esto da para poco, con esto no se puede sobrevivir. Es una sensación triste”, señala la presidenta de Acoje, Nela García, que asegura que algunos establecimientos han tenido una facturación por debajo de otros fines de semana. En este sentido, García tiene claro que la actividad que están manteniendo “no cubre gastos” ante unas circunstancias en las que “se junta todo”, apunta, para referirse a la crisis del consumo y la caída del gasto medio del cliente, el cierre perimetral, que impide venir a la gente de fuera y las limitaciones horarias.
Una coyuntura adversa contra la que comerciantes y hosteleros intentan resistir “tirando de ahorros o endeudándose”, añade. En definitiva, se trata de “salvar los muebles”, o lo que es lo mismo, “sobrevivir”, apunta el presidente de la Asociación Unión de Comerciantes del Centro, Asunico, que tiene claro que las circunstancias son tan atípicas que no hay que detenerse ni en hacer balance respecto a años anteriores ni enfocarse en lo que ocurrirá en el futuro, dado que la incertidumbre sigue estando ahí. “Lógicamente las ventas han caído, pero hay que ir día a día, momento a momento, porque no sabemos qué va a pasar con las medidas ni con los hábitos de consumo con la pandemia”, señala Manuel García, que se muestra más optimista en el balance del puente.
La seguridad “a rajatabla”
“La gente tenía ganas de salir y se ha notado, y con eso de que el cierre perimetral no les permitía ir a sus segundas residencias, se han quedado en Jerez. Ha sido una pena el tema de los horarios, porque hemos dicho por activa y por pasiva que no estamos de acuerdo con las medidas, porque se ha demostrado que no estaban surtiendo efecto”, añade.
Unas circunstancias que, a su juicio, provocan aglomeraciones de público para coger mesa al concentrarse todo el peso del día a la hora del almuerzo, como asegura que ha ocurrido en algunos locales de restauración del centro, de los que resalta el cumplimiento “a rajatabla” de las medidas de seguridad. A la espera de lo que ocurra a partir de mañana jueves, día 10, el sector cruza los dedos para que la Junta de Andalucía relaje las medidas, tal y como entienden que harán “por los mensajes que han lanzado estos últimos días”. “Lo que queremos es que levanten el cierre perimetral y amplíen los horarios, que dé tiempo a comprar y se pueda cenar en los restaurantes”, apostilla.