Las bodas católicas han experimentado un descenso del 20,72 por ciento en la Diócesis de Asidonia-Jerez en el periodo comprendido entre 2015 y 2019, según los datos extraídos del informe que se elabora anualmente coincidiendo con el Día de la Iglesia Diocesana, que tuvo lugar este pasado domingo.
En concreto, a lo largo del pasado ejercicio se celebraron en el conjunto de la diócesis 788 enlaces matrimoniales por el rito católico, 206 menos que en 2015.
La caída observada en Jerez es en cualquier caso bastante más moderada que la registrada en la vecina Diócesis de Cádiz-Ceuta, donde en este mismo periodo de tiempo se pasó de 1.043 a 688 bodas, lo que se traduce en un descenso del 34,03 por ciento.
También se apreciaron descensos en sacramentos tradicionales como el bautismo o la primera comunión, si bien en ambos casos debe tenerse en cuenta un factor clave que no es otro que el descenso de la natalidad.
El año pasado se contabilizaron en la Diócesis de Asidonia-Jerez 3.379 bautismos, 1.013 menos que en 2015, lo que supone una caída del 23,06 por ciento.
El descenso es algo menor en las primeras comuniones, del 14,47 por ciento, habiéndose pasado de 4.788 a 4.095 en apenas cinco años.
Por el contrario, en este periodo se aprecia un sensible repunte en el número de confirmaciones, que es un sacramento generalmente administrado a jóvenes.
En 2019 confirmaron sus creencias en el conjunto de la diócesis 1.509 personas, 145 más que en 2015, siendo por tanto el repunte del 10,63 por ciento.
Los últimos datos de Asidonia-Jerez hablan de una diócesis con 139 sacerdotes, 86 parroquias, 14 seminaristas, 22 diáconos permanentes y 67 misioneros. Además, se cuenta con 276 religiosos y religiosas y 158 monjas y monjes de clausura.
Pero sin lugar a dudas sobresale la cifra de 980 catequistas, un dato que pone de manifiesto la importancia del voluntariado.
El balance económico
A lo largo del pasado ejercicio la diócesis afrontó gastos por un importe total de 7,2 millones de euros. La mayor partida (2,3 millones) se destinó a la conservación de edificios y al mantenimiento.
A las acciones pastorales y asistenciales se dedicaron 1,8 millones de euros; mientras que las retribuciones al personal seglar implicaron un desembolso de 1,4 millones.
Por detrás se encuentra la partida destinada a la retribución del clero (1,3 millones). En el capítulo de ingresos destacan los 2,7 millones de euros aportados directamente por los fieles, así como los 2,1 millones que llegaron a través del Fondo Común Interdiocesano (asignación tributaria del IRPF).
Los ingresos de patrimonio y otras actividades dejaron 493.593 euros. Las necesidades de financiación ascendían a final del ejercicio a 182.613 euros.
Al margen de ello se encuentra la actividad propia de Cáritas Diocesana, con un presupuesto de gastos que ascendió a 2,4 millones de euros.
La mitad de ese dinero se destinó a programas de acogida y asistencia, mientras que a iniciativas relacionadas con el empleo se dedicaron 529.346 euros.
La mayor partida de ingresos se obtuvo a través de las aportaciones de socios y donantes (752.021 euros), por delante de las subvenciones públicas (703.775 euros).
Las colectas dejaron 331.763 euros y las subvenciones privadas otros 170.200 euros, según los datos ofrecidos por la Diócesis de Jerez.
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