Del vigoroso traje lleno de lunares al negro luto. Esa es la transición que ha tenido la moda flamenca en tan sólo un año. El pasado noviembre, como cada campaña, los talleres se encontraban desbordantes de telas y estampados que presagiaban una campaña excepcional que culminaría en desfiles y grandes ferias en las que se lucirían los trajes de flamenca diseñados por los artesanos del gremio. Se ha quedado en eso, en un presagio. La fuerza con la que la crisis sanitaria ha golpeado a este sector es tan dura que la persistencia de la mayoría de los talleres se antoja muy complicada a menos que se den ayudas.
La provincia de Cádiz ha parido grandes diseñadores como Mario Gallardo, quien tiene su taller en Jerez, o Ángeles Verano, natural de El Puerto y afincada en Sevilla. Ambos hablan de la dificultad que está suponiendo para todos el enfrentarse a esta situación. “Los talleres están totalmente inactivos, sin ningún proyecto a corto ni medio plazo”, comentan ambos con una tristeza que se les nota, aunque Mario asegura que “algunos han intentado reinventarse con la confección y venta de mascarillas. La moda flamenca ha ido muriendo y actualmente tampoco estamos recibiendo aire, la sensación es que esto se va a perder. Todo el mundo habla de los bonitos que son los vestidos de flamenca, pero si nos perdemos nosotros, se pierden los vestidos. Y estamos hablando de una industria que mueve al año más de 600 millones de euros”.
Además, la tristeza con la que estos diseñadores cargan cada día se hizo presente el miércoles 28 de octubre por las calles de Sevilla en una manifestación silenciosa promovida por el movimiento LunarOff con modelos vestidas con trajes de flamenca negros para reflejar el luto por el que están pasando. Esta manifestación tenía como objetivo dar voz al colectivo de artesanos de la moda flamenca, y tal y como nos cuenta Ángeles piden “ayudas por parte de los organismos oficiales para aguantar un año más. Llevamos un año entero parados, no hemos tenido facturación ninguna y el 2021 viene igual”.
Como no hay mal que por bien no venga, reconocen que es el momento idóneo para unirse y pedir que la moda flamenca sea reconocida junto al flamenco como patrimonio de la humanidad y así “beneficiarnos de las ayudas en cuanto a impuestos y gastos que tiene la cultura”, comenta Ángeles.
Aunque esto también puede verse desde el prisma artístico nacional. “Andalucía y casi que España tienen en sus rasgos culturales el traje de flamenca. Si miramos certámenes internacionales de belleza, suelen ir de flamenca. Si eso no es cultura… no sé yo”, afirma Mario Gallardo añadiendo que “es el único traje tradicional en España que necesita de una infraestructura y que genera industria. El traje de labradora de Galicia es maravilloso, pero no está sujeto a modas”.
Ahora, la incertidumbre es total. “Tenemos los percheros llenos con los trajes de la temporada anterior que se presentaba magnífica por parte de aceptación y venta de vestidos. Se paró un día de la noche a la mañana y algunas lo han recogido, otras posponerlo… con lo cual es una tristeza ya que la campaña de un año, se ha quedado en nada”, comenta desamparada Ángeles Verano.
Jerez para el flamenco
Cuando se habla de Jerez, es innegable que el flamenco viene por sí solo a la boca. Los diseñadores no se quedan atrás cuando hablan de la ciudad. A Mario se le llena la boca cuando habla de Jerez. “Es una ciudad de la que me siento suyo, su feria es impresionante, la segunda más importante del mundo y la primera de su género, es la única dedicada al caballo y, además, una de las principales ciudades consumidoras de trajes de flamenca”, comenta. Ángeles, sin embargo, la ve como “uno de los mejores escaparates en Andalucía. Y la de Jerez además es especial. Ojalá pronto podamos volver a las ferias y a la alegría que desprenden estas con las relaciones humanas y por supuesto vestir el traje”.
Ahora, cuando las relaciones humanas apenas pueden sucederse, piden solamente apoyo moral puesto que “los ciudadanos no pueden hacer realmente nada. En las reuniones se dicen cosas como incitar a que la clienta compre el vestido o cosas así, pero yo como cliente no me gustaría que me exigiera que me recogieran el vestido”, asegura Mario Gallardo. Ángeles, por su parte, hace un llamamiento para que todos los ciudadanos den su apoyo a este sector y que “en el momento de que se reactive la posibilidad de una feria en otro formato, yo le pediría al ciudadano que se animara a vestirse de flamenca con todas las ganas del mundo y vistiendo nuestra seña de identidad. Es nuestra manera de mostrarle al mundo cómo se siente la mujer andaluza”.
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