A un par de calles de la casa en la que nació Lola Flores, La Faraona, en Jerez, ha surgido la primera peña flamenca feminista y LGTBIQ+ del mundo, un espacio que pretende abrir el arte jondo a la diversidad y hacer de él un arte más abierto e inclusivo.
La peña ha tomado el nombre de La Lola, además de por su sonido flamenco, por hacer un guiño a La Faraona, un gran referente de mujer trasgresora dentro del flamenco, explican Carmen Rodríguez y Sonia Arnáiz, dos jerezanas aficionadas al flamenco que han fundado esta entidad.
“No venimos a molestar pero sí a transgredir y a ofrecer un espacio de absoluta libertad y diversidad para artistas del mundo del flamenco”, defiende Carmen Rodríguez, la presidenta de la peña. Ella, que se define a sí misma como “lesbiana visible”, lamenta que las personas que declaran abiertamente su diversidad sexual en el mundo del flamenco sean “hechos aislados” y se pregunta si, a día de hoy, una persona LGTBI puede desarrollar todo su arte al completo.
“Los artistas diversos siempre tiran del freno de mano y se terminan autocensurando, por eso queremos que esta peña les sirva para que suelten ese freno y encuentren aquí un espacio de libertad y visibilidad, sin temores”, explica.
Rodríguez cree que el flamenco es un “universo” en el que ha habido “espacios menos iluminados” y “ensombrecidos por unas normas” que han regido durante años y a los que esta peña se propone “dar luz”.
“Queremos sumar y aumentar espacios de libertad que han estado ahí pero un poco ensombrecidos; ya es hora de que dejen espacio para la luz”, sentencia.
Carmen Rodríguez reconoce que declarar a esta peña flamenca como feminista y LGTBIQ ya es “una declaración de intenciones en toda regla” sobre lo que son y los espacios que pretenden “conquistar” dentro del flamenco, un arte universal, declarado Patrimonio de la Humanidad en 2010, y donde el machismo aún pervive “al igual que en la sociedad actual”, puntualiza la vicepresidenta de la entidad, Sonia Arnáiz.
Y lo hace, por ejemplo, invisibilizando a mujeres que ya fueron pioneras hace casi 200 años, como Mercedes Fernández Vargas, una cantaora jerezana que en 1840 también se acompañaba a ella misma con la guitarra.
“150 años después de Mercedes, cuando una mujer es una guitarrista flamenca seguimos diciendo que es una precursora”, lamenta Arnáiz, quien reconoce que, aunque en el flamenco hay mujeres destacadas, “solo conocemos una parte o se investiga la parte que interesa”.
Este “machismo palpable” en el flamenco hizo también que muchas mujeres fueran privadas del cante por sus parejas, o que incluso tuvieran que renunciar a tener una vida familiar “porque les era incompatible”, una elección que, recuerda Arnáiz, “no la tienen que hacer los varones”. “El machismo es una cultura y, evidentemente, el flamenco es heredero de cada momento social en el que se desarrolla. Por eso creemos que el flamenco puede hacer un papel muy importante”, expone la vicepresidenta.
El anuncio de su fundación ha generado algunos mensajes negativos dentro del flamenco, en el que se duda de su utilidad, pero es justamente esa “incomprensión” la que hace que sus creadoras sientan que esta peña feminista sea “más necesaria que nunca”.
La peña flamenca La Lola cuenta con el respaldo de la Federación Provincial de Peñas Flamencas de Cádiz y la Federación Local de Jerez, que les han dado la bienvenida para seguir contribuyendo a la difusión del flamenco, en toda su diversidad.
“Somos la primera peña feminista LGTBI del mundo, y qué mejor sitio para nacer que Jerez, una ciudad que ha sido pionera en diversidad”, defiende Sonia Arnáiz.
Los primeros pasos de esta peña flamenca ya se han dado y, si el covid lo permite, muy pronto el local jerezano La Guarida del Ángel, sede de esta entidad, ofrecerá espectáculos, conferencias y otras iniciativas que ayuden a visibilizar la diversidad que, reclaman, debe existir en el flamenco.
MADRINA Y PADRINO
‘La Lola’ cuenta con la bailaora jerezana María del Mar Moreno, como madrina. “La gente cree que está todo hecho y no es así, queda mucho por hacer”, asegura la bailaora, quien no entiende la vida “de otra manera que no sea luchando por las libertades”. Fernando Soto, padrino de esta peña y que ha vivido las “dificultades” que su condición de homosexual le ha traído con gitanos de otros territorio, cree que “hacía falta en el flamenco, en Jerez y en el mundo una peña como esta”.
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