A verlas venir. Así trabajan estas últimas semanas los profesionales sanitarios en los hospitales de la provincia mientras sube el número de contagios, que no de ingresos hospitalarios, siguiendo la misma tendencia que en el resto del país. Esto no quiere decir que no estén inquietos ni mucho menos. Todo lo contrario; aunque también son concientes de que la presión asistencial con la que trabajaron en el pico de la pandemia les permite ver lo que se les podría venir encima con otra perspectiva. “No está habiendo hospitalizaciones, pero tranquilos no estamos; estamos preocupados, aunque más preparados que antes. Sabemos mejor cómo está la cosa, pero está claro que llegarán (por los pacientes)”.
Es el testimonio de una médico del Hospital Puerta del Mar, en Cádiz, donde asegura que el contagio de los sanitarios del centro hospitalario que permanecen en sus casas aislados no les ha afectado en lo que a turnos de trabajo se refiere, si bien debido a las vacaciones hay menos personal trabajando. Les afecta más psicológicamente ver “que la gente se está relajando”. “Sí, la gente se pone la mascarilla por la calle, pero están viajando, moviéndose por el país, con reuniones”, admite.
Asimismo, el hecho de que los ingresos hospitalarios sean mínimos, que las UCI sigan sin pacientes con Covid-19 y que el mayor número de contagios afecte a una población más joven no garantiza, a juicio de esta profesional, que haya que bajar la guardia. “En la primera ola pasó así al principio, lo que pasa es que no lo sabíamos; ahora mismo estaremos como en diciembre del año pasado; ninguno éramos conscientes hasta que el volumen de gente mayor contagiada fue tan enorme”, resalta, admitiendo que la situación de unas semanas a esta parte “cada vez pinta más fea” y los sanitarios “estamos muy quemados”.
En el Hospital Universitario de Jerez también afrontan con relativa tranquilidad el repunte de contagios de la última semana. De momento, la Unidad de Cuidados Intensivos también está libre y apenas hay hospitalizaciones. Tampoco faltan equipos de protección. El personal ha percibido que se están haciendo más pruebas PCR a los pacientes con algún síntomas, lo cual es “más tranquilizador”, pero también tienen claro que no hay que bajar la guardia para evitar a toda costa la radiografía que vivieron a principios de abril con casi un centenar de personas ingresadas.
No hay alarma, aunque también están a la expectativa y muy pendientes del comportamiento de la población. Insisten por activa y por pasiva: no podrían soportar la presión con la que trabajaron meses atrás.
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