Monseñor José Mazuelos ha sido nombrado por la Santa Sede como nuevo obispo de la Diócesis de Islas Canarias, donde tomará posesión el próximo otoño. Pone rumbo "mar adentro" después de ejercer como obispo de Asidonia Jerez durante los últimos once años.
La marcha de Mazuelos era un secreto a voces. Hasta hoy, momento en el que el nuncio apostólico ha autorizado la publicación del acuerdo adoptado por la Santa Sede el pasado 16 de junio y que ya fue notificado entonces al propio obispo.
Hasta el momento de que se conozca el nombre de su relevo al frente de la Diócesis de Jerez, José Mazuelos seguirá ejerciendo como administrativo apostólico de la misma, y tampoco hay un plazo estimado. De hecho, el propio Mazuelos ha reconocido esta mañana que hasta que no tome posesión en Canarias, no comenzarán a evaluarse las opciones de su sucesor en Jerez.
José Mazuelos ha comparecido este mediodía ante los medios para confirmar su marcha y hacer balance de su labor al frente de la iglesia diocesana. Ha recurrido a varias citas para dejar constancia de su vocación y de los vínculos creados en Asidonia Jerez. En este sentido, ha recuperado las palabras de Juan Pablo II, "remar mar adentro", como lema de su nueva misión: "Desde esta orilla remaré mar adentro hasta Canarias para seguir adelante con la nueva evangelización. Voy con la misma ilusión con la que vine a Jerez, sabiendo que Dios viene conmigo, que me precede".
La otra cita rotunda de su comparecencia era una declaración de afecto a su primer destino como obispo: "Siempre hay que tener presente los primeros amores, y en este caso es Jerez y Asidonia Jerez", momento que ha aprovechado para trasladar un saludo a todas las personas que forman parte de la misma, así como ha resaltado que es una diócesis que ha crecido en "vocaciones, con una vida activa y contemplativa maravillosa, hay una espiritualidad inmensa".
También ha dejado claro que no ve su nombramiento como un ascenso: "Si hubiese querido hacer carrera, habría seguido como médico, no como sacerdote. No lo veo como un ascenso. En su día me puse en la voluntad y las manos de Dios, y mi única carrera es servir y morir, crecer en servicio, humildad, entrega, no en la carrera eclesiástica.
Y por supuesto, no ha eludido algunas cuestiones polémicas. "Esta Diócesis se gobierna como una gran familia en la que tenemos de todo. Yo me he sentido familia con todos. Es una diócesis familiar, en la que nos conocemos todos, y se permite todo, incluso criticarnos, como en una familia". De la Diócesis ha destacado asimismo a su clero "estupendo, con mayoría de sacerdotes jóvenes creando comunión", y que es una diócesis en la "se vive en comunión, con corazón vivo. Trabajan todos, cofradías, grupos parroquiales, Cáritas, Manos Unidas... y al final vemos que hay comunión, cada uno con su identidad, pero al trabajar con unidad se ve la fortaleza, como hemos podido comprobar ahora con la crisis sanitaria del Coronavirus".
Para Mazuelos estos once años han sido una experiencia "estupenda, única". "Lo que más he aprendido -ha reconocido- ha sido que aunque se diga que la Iglesia es esa anciana, fea, que muchos desprecian al verla, tiene un corazón joven, fuerte, vivo, y es una alegría formar parte de ella".
Sobre su relevo ya ha advertido que la "iglesia no funciona diciendo que se sabe quién viene. Pasará un tiempo hasta que haya un candidato", e incluso ha recordado que así ocurrió cuando Juan del Río se convirtió en obispo castrense y hasta que el propio Mazuelos fue designado obispo.
Eso sí, con respecto a su traslado ha dicho que "Jerez va a sonar en las Islas Canarias con fuerza. Invitaré a que vengan a conocer la diócesis". "Aquí me habéis enseñado a ser obispo. Voy con menos miedo y más fuerza. Gracias a los feligreses que han soportado que llegara un cura joven a Jerez recién hecho obispo".
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