Las primeras comuniones que debieron ser aplazadas semanas atrás empiezan ya a encontrar acomodo en el calendario una vez que se normaliza la celebración de oficios religiosos.
Las comunidades parroquiales vienen trabajando estos últimos días en cerrar fechas en las que celebrar estos sacramentos, atendiendo así a las indicaciones que ofreció el obispo de Asidonia-Jerez, José Mazuelos, en el marco del proceso de desescalada.
A primeros del presente mes de mayo, el prelado instó a retomar en cuanto fuera posible estas celebraciones, animando a sacerdotes, catequistas y fieles a afrontar este nuevo escenario con “diálogo, sentido común, comprensión, flexibilidad y caridad pastoral”.
Ya se han celebrado algunas primeras comuniones, pero en la práctica totalidad de los casos de manera individual y no en grupo.
Sin embargo, las primeras comuniones colectivas van a empezar a generalizarse a lo largo de este próximo mes de junio y más concretamente en sus últimos días.
Es el caso de la parroquia de Madre de Dios, donde un primer grupo celebrará este sacramento el día 27. En Santa Ana y El Pilar se han programado primeras comuniones desde principios de julio.
En todos los casos se están ofreciendo más fechas de las inicialmente previstas para que los grupos puedan ser más reducidos y con ánimo de cumplir los criterios de aforo que se han impuesto en este periodo de desescalada.
Estas restricciones afectan igualmente a los familiares que podrán acompañar a quienes reciban la primera comunión.
En el caso de la parroquia del Pilar no se permitirán más de doce personas por niño o niña.
En Santa Ana, por ejemplo, se tratará de evitar la coincidencia de primeras comuniones con eucaristías ordinarias para evitar que se sobrepase el aforo permitido.
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