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Los feriantes, otro sector en la estacada

Publicado: 02/05/2020
“Dicen que lo último en abrir serán los bares, pero serán las ferias. El panorama es muy negro”, aseguran en la semana en que Jerez debía inaugurar la suya
La temporada de ferias de Andalucía arranca cada año a comienzos de abril en Vejer y culmina en torno al 20 de octubre en San Pedro de Alcántara (Málaga). Son poco más de seis meses de trabajo que suponen el sustento anual para el colectivo de feriantes, un sector del que dependen entre quince y veinte mil familias andaluzas. De momento, ya saben que no van a poder contar con todas las ferias previstas entre abril y julio, suspendidas a causa de la crisis sanitaria del coronavirus, aunque tampoco tienen claro que puedan retomar su actividad entre agosto y septiembre. De cancelarse al completo el calendario festivo acumularán 18 meses sin actividad económica alguna: una auténtica ruina. Dicen estar “desamparados” y han elaborado un manifiesto dirigido al Gobierno central en el que reclaman una serie de medidas extraordinarias de apoyo al sector para afrontar tan dramática situación.

“Dicen que los últimos en abrir serán los bares, pero no, van a ser las ferias”, lamenta desde Sevilla un representante de la Asociación de Feriantes de Andalucía. “Estamos sin ingresos después de haber realizado grandes inversiones en el invierno en la mejora de las atracciones para la nueva temporada. El panorama es muy negro. Estamos arruinados y sin previsión de cuándo podremos volver a trabajar”.

Miguel Antúnez, vocal del colectivo, es de los que da por perdida la temporada. “Vemos difícil hacer ferias este año. Vivimos de las aglomeraciones, y en las circunstancias actuales habría que implantar nuevas medidas de seguridad y hacer frente al mismo tiempo al miedo social. Ni siquiera sabemos, si hay ferias, si las familias irán con los niños. Ojalá nos equivoquemos”.

El estado de alarma les ha pillado con todo a punto para iniciar la temporada. De hecho, algunos feriantes se habían desplazado a Palma de Mallorca para instalar sus atracciones y se han quedado allí atrapados, sin negocio y sin poder volver a sus casas. “Esto, además, no afecta solo al feriante; también a los empleados y a los proveedores. Hay un montón de contenedores cargados de peluches y menaje para las tómbolas que se han quedado sin descargar en puerto”, relata Antúnez.

La propia peculiaridad de su actividad, concentrada a lo largo de la mitad del año, se ha convertido asimismo en un contratiempo para generar nuevos ingresos y, especialmente, acceder a las ayudas activadas. “Trabajamos todo el año, pero solo facturamos durante los seis que duran las ferias -explica Miguel Antúnez-. El resto del año lo dedicamos a invertir en atracciones nuevas y en mantenimiento de cara a la próxima temporada, con lo que en las actuales circunstancias no podemos afrontar lo que queda de año”. Para explicar mejor su situación recurre a un ejemplo más gráfico: “Somos temporeros”. De hecho, el principal problema ahora es que muchos de los feriantes no estaban siquiera dados de alta como autónomos y no tienen derecho a las ayudas. “Incluso los que las perciben se pueden quedar sin ellas cuando acabe el estado de alarma, pese a que no van a poder empezar a trabajar, puesto que no hay ferias previstas”.

El único alivio hasta ahora para muchos es que los ayuntamientos a los que ya habían abonado las tasas para la instalación de sus atracciones en feria les van a devolver el dinero. En el caso de Sevilla, por ejemplo, tuvieron que pagar las tasas en dos fases, diciembre y febrero; en total, unos tres millones de euros, y el Ayuntamiento ya se ha puesto en contacto con ellos para facilitarles la devolución, toda vez que ya se ha suspendido definitivamente la celebración de la Feria de Abril. En Córdoba ya habían abonado el 25% y también van a contar con la devolución, aunque lo que necesitan es que la situación permita el desarrollo de las ferias previstas entre agosto y octubre, empezando por la de Málaga, que es la más importante del calendario probable, junto a la de Jerez si se celebra en octubre.

José Luis García Martínez, que es el delegado de la Asociación en la provincia de Cádiz, se muestra más optimista al respecto y confía en retomar la actividad en agosto, coincidiendo con la fecha prevista para Málaga. “Si es así todavía podremos hacer un buen número de ferias”. Solo en la provincia de Cádiz, durante todo el mes de septiembre se suceden las principales fiestas en los municipios de la Sierra, y entrados en octubre es la Costa del Sol la que echa definitivamente el telón.

“Yo espero que podamos trabajar por esas fechas, si no nos esperan 18 meses muy duros para nosotros”, apunta García, quien ya conoce casos de compañeros que han empezado a trabajar como transportistas o en el campo, “buscándose la vida, porque estamos muy mal y vivimos de las ferias organizadas por los ayuntamientos”.

Él mismo eleva a un 90% el total de feriantes que se han quedado sin ayudas porque se habían dado de baja en el autónomo a finales del año pasado a la espera de la reanudación de la actividad a partir del segundo trimestre del año. “El estado de alarma les ha cogido a muchos sin haberse dado de alta aún para la nueva temporada y se han quedado fuera de las ayudas acordadas por el Gobierno”, lo que está agravando la situación de un sector que no tiene seguro volver a trabajar en lo que queda de año, aunque se completen todas las fases de la famosa desescalada.

“El miedo que tenemos”, apunta Antúnez, “es que los ayuntamientos no se atrevan a celebrar las ferias que quedan una vez acabe el confinamiento”, sin olvidar las medidas que ellos mismos tendrán que incorporar para garantizar la salud de los usuarios, aunque aseguran que ya tienen planificado cómo sería la desinfección de los “cacharritos” entre viaje y viaje. Ese sería, en todo caso, el menor de sus problemas en comparación con el presente.

El Manifiesto Único que los feriantes van a trasladar al Gobierno central

El sector ha redactado un Manifiesto Único en el que recogen sus reivindicaciones al Gobierno central. La primera de ellas es el aplazamiento de los pagos de impuestos hasta los doce meses posteriores a la vuelta a la normalidad del sector. En segundo lugar, el acceso a líneas de crédito para aquellos empresarios que tienen grandes costes de mantenimiento en sus negocios. Además, solicitan la suspensión de la cuota mensual de autónomo hasta la normalización de la situación en el sector. También, la aprobación de un Real Decreto que implique la reducción de las tasas de las ferias, la reducción de la tasa de Seguridad Social para los obreros contratados, y la inclusión de todos los profesionales del sector en la prestación otorgada a los trabajadores por cuenta propia, aunque en el momento del decreto no se encontrasen dados de alta.

Con los ayuntamientos

La Asociación de Feriantes de Andalucía ha querido contribuir con los ayuntamientos en la lucha contra el Covid, de ahí que hayan contribuido con la entrega de 50.000 guantes. “Los ayuntamientos nos tratan de maravilla, son conscientes de nuestra preocupación y del empleo que creamos cada año, de ahí que hayamos contribuido a colaborar con ellos en estos momentos”, explica José Luis García, representante del colectivo en la provincia de Cádiz.

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