El contagio masivo en la residencia de ancianos de Alcalá del Valle el pasado fin de semana disparó las alarmas. El alcalde, Rafael Aguilera, pidió a la Subdelegación del Gobierno el cierre total del municipio para evitar traslados que pudieran provocar la propagación del virus.
Sin respuesta institucional, el Ayuntamiento de Zahara de la Sierra decidió actuar por su cuenta y “en el ámbito de sus competencias”. El primer edil, Santiago Galván, asegura que barajaba esta opción “desde antes incluso de que se decretara el estado de alarma”, el pasado 12 de marzo.
“Analizamos la evolución de la pandemia en Italia y en otros territorios y teníamos claro que la manera más eficaz de contribuir a su freno es el control de entrada y salida a la localidad”, agrega.
El domingo, Galván firmó el decreto y el martes quedó prohibido el tráfico rodado por los accesos sur; a calle Olvera, junto a la carretera CA-9104; Camino de los Colorados; y Bajada del Camino Nazarí con dirección a la CA-9104. La única manera de llegar al núcleo urbano desde entonces es por medio de la Avenida de la Guardia Civil, la antigua Avenida de Andalucía.
“Hay un vecino que tiene que dar la vuelta a todo el pueblo, pero es necesario”, se excusa por las molestias causadas por el nuevo plan de tráfico, pero remarca que no se trata únicamente de restringir la circulación, sino de garantizar que quien llega o se marcha del pueblo lo hace con todas las garantías posibles de seguridad.
De esta manera, con la ayuda de los tres agentes de la Benemérita destacados en Zahara de la Sierra y un vigilante municipal, cada vehículo es desinfectado en el control dispuesto. “No puedo asegurar que sea efectivo al cien por cien”, admite, pero “da mucha tranquilidad”.
Algodonales se sumó a la iniciativa el martes, por medio de un bando del alcalde, Antonio Acuña. En la Sierra, también se han blindado los municipios de Olvera, Setenil o El Gastor.
Pero no es la única comarca de la provincia. En la Janda, los ayuntamientos de Barbate, Vejer y Alcalá de los Gazules han hecho lo propio.
Por medio de sus redes sociales, el primer edil de Vejer, Manuel Flor, justificaba la medida adoptada por su Gobierno municipal porque “no vamos a permitir que la imprudencia de algunos afecta el buen comportamiento que, en líneas generales, existe entre nuestros vecinos”.
El de Barbate, Miguel Molina, indica a este medio, por su parte, “que hay poco movimiento” en general, aunque hasta el jueves registraba 53 sanciones por incumplimiento del confinamiento y 5.000 identificaciones, pero hay que “extremar las medidas de prevención”, especialmente con el tráfico de mercancías. La población también cuenta con muchos vecinos que se desplazan al Campo de Gibraltar o al Peñón a trabajar. Y ha intensificado los controles en Zahora, Zahara de los Atunes y Los Caños, zonas de segunda residencia, donde se registra mayor circulación, sobre todo en fin de semana. El Puerto, por este mismo motivo, tomó las mismas medidas ayer.
En Costa Noroeste, Chipiona limitó la entrada en el pueblo el jueves. “Sabemos que la ciudadanía de Chipiona en cuanto a tráfico de vehículos está colaborando al máximo con las medidas adoptadas, pero siempre hay el que quiere saltarse las normas y observamos demasiado trasiego de vehículos difíciles de controlar”, explicaba el Ayuntamiento en un comunicado, y “también se produce un pequeño incremento durante los fines de semana”.
Sin embargo, no todos los municipios pueden llevar a cabo este tipo de iniciativas con éxito. La falta de recursos humanos o la orografía lo dificulta, como en el caso de Algar, donde el alcalde, José Carlos Sánchez, asegura que se han planteado hacerlo pero admite la imposibilidad de ejecutarlo. Chipiona, por ejemplo, es fondo de saco, resulta más sencillo.
Tampoco cuentan con los parabienes del Ejecutivo. A última hora de ayer, la delegada del Gobierno de España en Andalucía, Sandra García, lanzó una advertencia a los municipios que están emitiendo bandos y creando normas sobre prohibiciones o restricciones “que contradicen compentencias centralizadas en el mando único o reguladas por la legislación autonómica”, como la restricción horaria de apertura de establecimientos comerciales, la organización de actividades como cabalgatas o fumigación de calles sin control sanitario necesario de los productos empleados o la referida restricción de circulación de vehículos.
Por ello, ha pedido a los munícipes que trasladen a sus vecinos y vecinas “recomendaciones en vez de prohibiciones, en aras de la coordinación, la eficacia de las normas y la necesidad de que todas las administraciones demos un mensaje único a la ciudadanía”. La delegada del Gobierno ha pedido al presidente de la FAMP, Fernando Rodríguez Villalobos, que traslade a los ayuntamientos andaluces una circular aclaratoria sobre sus competencias sobre sus competencias para que no contradigan o amplíen las instrucciones del decreto de alarma.
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