Jerez

La biopsia en cetáceos, una herramienta controvertida

Para hacer una biopsia se utiliza una ballesta, con una punta adaptada para conseguir muestras

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  • Un calderón en plena toma de muestras con la ballesta -
Hoy conoceremos algo más sobre cómo se pueden conocer las costumbres de nuestros cetáceos, los del Estrecho. Hablaremos de las biopsias, una técnica que consiste en extraer muestras de piel y grasa de los animales para su estudio, y para extraer datos como la alimentación de estos animales o concentración de metales pesados, datos que luego nos servirán a la hora de protegerlos. Uno de los problemas de trabajar con animales en el medio marino, además de que están protegidos al estar en entredicho su supervivencia, es la de conseguir datos e información que nos ayuden a conocerlos mejor, y por tanto nos den herramientas que nos permitan establecer planes de conservación.

La biopsia es una de estas herramientas, pero tiene una serie de problemas que tenemos que tener en cuenta, y es que es una herramienta que puede impactar negativamente en el animal.  En el Estrecho, para hacer una biopsia nos servimos de una ballesta, con la que lanzaremos una flecha con una punta adaptada con un pequeño saca-muestras de un centímetro y medio de profundidad y 7 milímetros de diámetro. La flecha tendrá una punta de epoxi, que será la responsable de que por un lado la flecha rebote sobre el animal, y no se le clave en el músculo, y que permitirá que flote en superficie y por tanto se pueda recuperar sin problemas.
El objetivo de estas biopsias será el de recuperar un trocito de piel y de grasa que nos permitirá realizar análisis muy importantes des un punto de vista de su conservación. La piel nos servirá para analizar sus orígenes genéticos, o sus dietas, a partir del análisis de isótopos estables de carbono y nitrógeno.

Además, esta muestra de piel nos permitirá saber las concentraciones de metales pesados que podría afectar su metabolismo, y por tanto su esperanza de vida y la de sus descendientes. Con la grasa, podemos trabajar diferentes aspectos también, como son los contenidos en contaminantes. De la misma forma, esto nos permitirá analizar las concentraciones en hormonas esteroides en las hembras, y con esto podremos saber en caso de ser una hembra (mediciones de progesterona), o si el animal está en capacidad de reproducirse en caso de machos (medición de testosterona).

Como se ha visto anteriormente, esta técnica es muy intrusiva. Sin embargo, hay que tener en cuenta los beneficios que se pueden obtener de este tipo de técnicas sobre los efectos negativos que podría tener a nivel poblacional. Para ello, en cada una de las biopsias, se toman fotografías, grabaciones y datos que nos permiten analizar cada uno de los disparos realizados, y por tanto analizar si hay un impacto negativo en los animales.
Hasta la fecha, con más de 400 biopsias realizadas a lo largo y ancho de toda la península Ibérica, en ninguna de ellas se observaron efectos negativos en los animales.

Gracias a la foto-identificación se puede seguir las heridas producidas, y las conclusiones es que al cabo de un par de días las heridas han cicatrizado, y al cabo de un año, ya no quedará ni rastro de la cicatriz. Todas estas fotografías son analizadas por veterinarios especializados. Como son especies amenazadas, un punto muy importante a recalcar es la necesidad de por un lado obtener permisos para realizar dichas biopsias, permisos tanto por parte del Ministerio de Medio Ambiente, y medio marino y rural, así como de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía así como por parte del Parque Natural del Estrecho para el caso del campo de Gibraltar. Asimismo, también hay que tener en cuenta que las ballestas se consideran como armas, por lo que habría que estar en posesión de un permiso de armas para poder utilizarlas, y la ballesta habrá de estar en posesión de su permiso de circulación, y debidamente identificada por la Guardia Civil.

Esta técnica es sin lugar a dudas la que da resultados más concluyentes sobre el estado de las poblaciones de cetáceos del Estrecho de Gibraltar, gracias a ella, se han podido obtener los recientes resultados sobre el proyecto de conservación del calderón común, cuyos resultados conocimos recientemente, dándole a los calderones del Estrecho el estatus de ser los más cosmopolitas de Europa. Gracias a las biopsias también se puede conocer que comen nuestros cetáceos, para así poder establecer planes de conservación partiendo de la protección de su alimento, como en el caso de las orcas podría ser la protección del atún rojo, una especie al borde del colapso.

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