El Ayuntamiento necesita 11 millones de euros para hacer frente al derribo de los seis bloques de viviendas de San Juan de Dios que quedaron por demoler antes del inicio de la crisis económica y el posterior realojo de sus vecinos en edificios de nueva construcción, culminando así el proyecto promovido por Emuvijesa en 2002.
La teniente de alcaldesa de Igualdad, Acción Social y Medio Rural, Carmen Collado, admitió en el Pleno municipal del pasado jueves 31 de enero que las viviendas de San Juan de Dios son “indignas”, descartando la posibilidad de acometer actuaciones de mejora en los edificios actuales más allá de las que puedan considerarse “urgentes y vitales”.
Collado aseguró que el Ayuntamiento “está trabajando” para retomar el proyecto de derribo de los actuales edificios y el traslado de sus vecinos a nuevas construcciones, pero se encuentra con el problema de que actualmente ni el Estado ni la Junta de Andalucía contemplan ayudas para la construcción de nuevas viviendas, toda vez que están apostando por las rehabilitaciones.
De hecho, la teniente de alcaldesa explicó que se ha solicitado ayuda al Ministerio de Fomento para culminar la ejecución del proyecto que se promovió para solucionar de manera definitiva los problemas de habitabilidad que presentan las viviendas de San Juan de Dios.
Collado respondió así a un ruego formulado por Ganemos Jerez, que advirtió del “lamentable” estado de conservación de algunos de los elementos de estos edificios, como las cornisas, que podrían poner incluso en riesgo la integridad de los viandantes. Desde Ganemos se recordó además que el Ayuntamiento es actualmente propietario de 178 de las 360 viviendas que se distribuyen por los seis edificios pendientes de demolición.
Problemas de origen
Más allá del estado de conservación que presentan actualmente estos edificios, el problema de San Juan de Dios parte de la propia concepción de las viviendas, que reparten 40 metros cuadrados en dos plantas. Esto significa que existen barreras arquitectónicas en todos los domicilios debido a la existencia de esas dos plantas y a la falta de ascensores en los bloques para el acceso a las plantas superiores.
Las viviendas son dúplex de 40 metros cuadrados de superficie, distribuidos en dos plantas. En la baja están el salón y la cocina y en la alta los dos dormitorios y el cuarto de baño.
Actualmente se mantienen en pie 360 de las 480 viviendas originales, ya que el Ayuntamiento, a través de Emuvijesa, procedió al derribo de dos bloques, facilitando el traslado de 120 familias a otros tantos pisos de nueva construcción. El proyecto se quedó a medias por falta de financiación, pero el estado de los edificios se sigue agravando con el paso del tiempo.
Un informe de Cáritas advirtió hace ya casi un año de que el 39 por ciento de las viviendas de San Juan de Dios tiene problemas estructurales como consecuencia de la mala calidad de la edificación, el incumplimiento de la normativa en el proceso de construcción y la falta de mantenimiento por parte de la administración pública.
En ese estudio se concluía que el 20 por ciento de las viviendas presenta un “elevado grado de deterioro o estado ruinoso”; el 40 por ciento tiene defectuosas las instalaciones de electricidad; y el 34 por ciento la del agua, con el peligro que ello entraña.
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