El Museo Arqueológico de Jerez ha realizado un primer informe, a instancias del teniente de alcaldesa responsable de Dinamización Cultural, Francisco Camas, sobre la escultura fragmentada encontrada en la linde del yacimiento arqueológico de Mesas de Asta y cuyo hallazgo fue comunicado, siguiendo el protocolo habitual, al Museo por el delegado de alcaldía, José Antonio Fernández Díaz, quien, y ante el riesgo de desaparición, recogió la pieza previa fotografía in situ.
El teniente de alcaldesa ha subrayado la importancia de este hallazgo, por lo que nada más tener conocimiento del mismo, procedió a dar instrucciones al Museo para que elaborase este primer informe de la escultura, que desde principios de semana, se encuentra depositada en el Museo Arqueológico tras ser recogida por sus técnicos.
La pieza arqueológica fue hallada junto a uno de los caminos de acceso al yacimiento, concretamente, en el cruce de la cañada Ancha con la cañada del Catalán, en las inmediaciones del Cortjo del Rosario, que constituye una zona de paso exterior al yacimiento principal donde se acumulan piedras y restos de escombros, “por lo que seguramente la pieza está desplazada de su lugar original”, se estima desde el Museo.
Según este informe, “se trata de una pequeña escultura fragmentada realizada en pieza arenisca, algo deteriorada y desgastada. Le falta la cabeza, la parte inferior de las piernas y gran parte del brazo izquierdo, y debió de estar cubierta de estuco, dada la baja calidad de la piedra. Las dimensiones totales del fragmento conservado son de 45 centímetros de altura, 30 de anchura máxima y 17 cm de espesor”.
Tal y como se recoge en este informe, “a falta de un trabajo de limpieza y consolidación en el laboratorio de restauración del Museo que permita identificar detalles concretos de la pieza, se observa claramente que se trata de una figura masculina con una acusada curva praxiteliana en la manera de representar el cuerpo. Puede tratarse de una divinidad, Dionisos, Apolo, o Hércules, o quizá una versión local, basada sobre un original griego”.
En cuanto a la fecha, el informe del Museo especifica que “por su técnica de ejecución y realización sobre piedra arenisca, y no mármol, podría situarse en época republicana romana o en el tránsito a época imperial”.
Por último, desde el Museo se especifica que “la proximidad del hallazgo a un área de necrópolis, y la frecuente utilización de esculturas de esta temática en ambientes funerarios, hace plantear la posibilidad de que en origen formara parte de un monumento funerario”.
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