La mala calidad de sus materiales, la falta de permeabilización y de mantenimiento son las causas de que la Plaza Venus, en el corazón de la barriada San Ginés, esté en “grave riesgo de colapsar”. Así lo aseguran el presidente de la Federación local de asociaciones de vecinos La Plazoleta, Francisco Jiménez, y Antonio Conde, un viejo conocido del movimiento vecinal y social, y al que le han llegado reiteradas denuncian de los vecinos afectados en estos últimos años cuando se postulaba para el cargo de Defensor del Ciudadano.
Este medio ya se hizo eco de la “ruina” de este enclave hace dos años, pero la falta de intervención ha agravado aún más el estado de esta plaza. Como se recordará, el sótano debajo de la plaza fue construido con la finalidad de ofrecer plazas de aparcamiento a los vecinos de la zona, pero éste nunca se hizo. “El hundimiento del sótano es visible en la superficie de la plaza” señaló Jiménez, “esto se debe a que “todo el hierro de la estructura está completamente podrido”, añade el representante vecinal, que sabe bien de lo que habla pues es aparejador jubilado.
En la construcción, explica, “el hormigón ha reventado y dejado al descubierto el hierro que al contacto con el aire “se ha podrido y dejado el hormigón prácticamente hueco”, detalla. Además, el hierro de toda la estructura -incluidas las vigas principales-, “se está deshaciendo, se puede partir con un dedo, mira”, apunta Jiménez, comprobando este extremo fácilmente. Además, las lluvias durante más de cuatro décadas que ha soportado la estructura “la han perjudicado seriamente” porque al no estar “bien impermeabilizada” el agua se ha ido filtrando “por todo el hormigón”.
“Lo peor -advierten- es que existe un riesgo real de que cuando la construcción colapse arrastren consigo los pilares de los bloques” (vecinales), advirtió Conde alertando que puede ocurrir “cualquier día de estos”. La barriada de San Ginés fue levantada en los años 70 para albergar a los trabajadores de la industria vitícola. “Hoy solo quedamos jubilados y viudas que no tenemos dinero para asumir las reparaciones”, lamenta Antonio Salado, representante vecinal de uno de los bloques, que aprovecha para mostrar un documento de Hacienda que refleja el pago de los impuestos sobre transmisiones patrimoniales de un inmueble valorado en más de 569.000 euros a la Emusujesa, la Empresa Municipal de Suelos de Jerez. No hay que perder de vista que el Ayuntamiento es su propietario tras la firma en 2013 de un acuerdo por el cual los vecinos cedían gratuitamente su propiedad a cambio de la adecuación del recinto como aparcamiento. Panfletos publicitarios ofertando estas plazas de aparcamiento, son otros de los recuerdos que atesora Salado.
En 2014 Emusujesa fue embargada lo que motivó que las obras de rehabilitación planificadas nunca comenzaran, lamenta Conde, que no entiende a qué espera el Gobierno local para meterle mano a este “punto negro”, donde más allá de las caídas de los vecinos, puede ocurrir una desgracia cualquier día.
El tiempo sigue pasando y Salado cree que una alternativa es que el Ayuntamiento de Jerez aproveche los fondos estructurales de la Unión Europea para la recuperación urbanística de este enclave, “como se ha venido haciendo en barriadas de antigüedad similar”.
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