El regreso del botellón a la Plaza del Mercado y los alrededores del barrio de San Mateo en la madrugada de los viernes coincidiendo con las fiestas veraniegas de la discoteca Bereber, situada a pocos metros, en la calle Cabezas, forzará también la vuelta de las patrullas vecinales a partir de esta semana. Así lo acaban de anunciar desde la Asociación de Vecinos del Centro Histórico tras una madrugada infernal en la que el ruido y las concentraciones de jóvenes bebiendo alcohol se convirtieron en su particular banda sonora para no poder pegar ojo.
Los vecinos llevan años denunciando esta práctica pero aseguran que, a diferencia del pasado verano, el botellón ha vuelto al barrio “de forma salvaje”. “La involución que hemos sufrido este año ha sido espectacular, la gente comenta que esto hacía años que no se veía así”, apunta el presidente del colectivo, Alejandro González, que tampoco pasó por alto comportamientos incívicos como la de algún que otro joven miccionando frente a la fachada de la iglesia de San Mateo, pese a tratarse de un Bien de Interés Cultural (BIC).
Por ello, lejos de quedarse de brazos cruzados, los residentes reactivarán las brigadas ciudadanas desde la madrugada de este viernes, tomando como punto de encuentro la Plaza del Mercado. Una vez allí, los vecinos recorrerán los focos más calientes del botellón, para tomar nota y hacérselo llegar a la Policía Local, que en anteriores verano ha puesto en marcha un dispositivo especial esas noches ante la afluencia de jóvenes.
De nuevo, las patrullas se caracterizarán por ser pacíficas y no entrar en enfrentamientos con los chavales reunidos, entre los que suele haber menores, haciendo de la discreción una de sus máximas. Hay que recordar que desde la entrada en vigor de la ley antibotellón en 2006, el único punto autorizado para beber alcohol en la vía pública es el botellódromo habilitado en su día en las explanadas de los cacharritos de la Feria del Caballo.
Cualquier otra reunión de personas para beber en la calle en plazas o calles de la ciudad son consideradas ilegales, con la consiguiente sanción por parte de los agentes. Esta es la demanda que hacen los vecinos, que estos comportamientos sean castigados y que lo ocurrido la pasada semana no se vuelva a repetir durante todo el verano, como han tenido que soportar en anteriores temporadas estivales.
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