Ciertas partes del catolicismo se permite desgranar el rosario a la vez que practica abiertamente la xenofobia. El líder de la ultraderechista Liga italiana, Matteo Salvini, hizo el lunes una propuesta: hacer un censo de los gitanos que vivan en Italia, para poder expulsar a los que no son italianos, lamentando que a los que sean italianos “hay que quedárselos”. En la más pura línea de limpieza étnica. No se puede esperar otra cosa del político que se ríe de Pedro Sánchez por acoger al Aquarius y que al deshacerse de su responsabilidad tuitea: “objetivo cumplido”.
¿Y mientras el Papa qué dice? El Papa pide la aprobación de un pacto mundial sobre refugiados y hace un llamamiento general a los cristianos a acercarse a los refugiados más allá de lo que hagan sus gobiernos.
Bien curiosa resulta esta contradicción entre los ultraderechistas católicos y los dictados del padre de la Iglesia, el representante de San Pedro en la Tierra. ¿Le negará su párroco la comunión a Salvini por practicar un catolicismo xenófobo y contrario al Papa? Salvini critica públicamente la posición del Papa sobre la inmigración. La ultraderecha y el catolicismo es tradicional que se den la mano, y esto a pesar de que los Evangelios dicen otra cosa bien distinta. Pero en la actualidad la contradicción es doble y evidente porque el Papa aboga directamente por los refugiados y los migrantes. ¿Siguen sus dictados los sacerdotes? ¿O puede ir el Papa por un lado y los ministros de la Iglesia por otro?¿Es posible tanta discordancia entre miembros de la misma Iglesia?
Ahí tenemos al Partido Popular que en sus estatutos recoge que el PP “se compromete en los valores del humanismo cristiano de tradición occidental” y que en la práctica desde el gobierno no ha cumplido con los cupos mínimos de refugiados que se había comprometido a acoger. Sin embargo el PSOE se declara aconfesional y está más cerca de lo que predica el Papa.
Aquí mismo en Jerez, Saldaña acusa al gobierno municipal de ocuparse de los inmigrantes cuando hay tantos problemas en Jerez, como si la acogida humanitaria fuera excluyente de trabajar por los jerezanos que lo pasan mal. Lástima de católicos xenófobos que se oponen a su Papa y al mismo Jesús. ¿De dónde habrán sacado su doctrina?
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