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Frustración y resignación en la zona inundable

Publicado: 22/03/2018
La Junta inicia el derribo del azud de La Corta para facilitar el desagüe del río
“Ayer el agua llegaba hasta aquí arriba”, señala una vecina de Las Pachecas desde la carretera de acceso a la barriada. Pese al descenso de la crecida, todo sigue inundado. Su marido sopesa seguir adelante con el todoterreno a través de la carretera, pero al final desiste. “Hemos perdido varias gallinas. Otras las pusimos a salvo subiéndolas al tejado de la casa”, comenta su mujer, entre la frustración y la resignación, mientras él dirige su mirada hacia la plantación de trigo y zanahorias que ahora permanece oculta e inservible bajo un manto de agua. “La última vez que pasó así fue en 2009”, recuerda.



Desde entonces se ha intervenido en varias ocasiones sobre el cauce del río, con el objetivo de evitar nuevas inundaciones y reducir las crecidas del Guadalete, pero lo de “zona inundable” no es gratuito. Ayer mismo, el delegado territorial de Medio Ambiente, Ángel Acuña, volvía a defender la política de desembalses puesta en marcha esta semana. “Los pantanos de la provincia no tienen responsabilidad alguna en las inundaciones, sino que por el contrario han sido los que han logrado que esas anegaciones no hayan sido peores”.



De momento, los pantanos de Bornos y Arcos no desembalsan agua desde este pasado miércoles por la mañana, lo que ha permitido reducir la cota del río a su paso por Jerez, por debajo de los cinco metros y medio, pero se esperan lluvias para este viernes y sábado, lo que podría obligar a reabrir compuertas.



Del mismo modo, Medio Ambiente trabaja desde este miércoles en la demolición de un antiguo azud en La Corta, ya que está dificultando que el desagüe de las zonas inundadas se realice correctamente, al frenar el paso del agua. A este respecto, los vecinos de la barriada se concentraron en la mañana de ayer junto al azud para protestar contra esta medida, ya que lo consideran un atentado contra su propia historia y una medida “errónea”: “Donde tienen que intervenir es más hacia abajo del cauce, no aquí”, exponía un vecino.



Sin embargo, la Junta sostiene que el antiguo azud impide la evacuación del agua “y lo vamos a derribar antes de que vuelvan las lluvias, para que las situaciones de nivel alto del río duren menos tiempo”.



 

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