Reto superado. Juan Meira llegó este jueves a Roma a última hora de la mañana y según lo previsto tras pedalear en su bicicleta plegable de tres marchas nada más y nada menos que los 3.000 kilómetros que separan a la capital italiana de Jerez. Poco antes de las dos de la tarde el joven jerezano que emprendió esta aventura solidaria el pasado 22 de agosto para dar visibilidad y apoyar a los enfermos de fibrosis quística, la enfermedad que padece su amiga Paz, llegaba a la Plaza de San Pedro, donde lo esperaban sus padres y sus dos hermanos.
Lo hacía acompañado por su amigo Pedro, que le ha acompañado en esta experiencia desde Barcelona. “Fue súper emocionante el reencuentro”, señala el joven jerezano a este periódico. En ese mismo punto, como explica, aguardaban otros ciudadanos que había conocido en el camino y que sabían que él y Pedro llegaba ayer. Ha pedaleado duro y ha pasado por situaciones “límite”, pero ayer físicamente se encontraba “bien”, quizás porque, como reconocía, “me he acostumbrado a los dolores”. ¿Qué ha sido lo peor?Ni lo duda: su bicicleta.
Hoy prácticamente llegó sin freno. “Ha sido durísimo. Jamás había vivido algo tan duro encima de la bici, pero siempre he pensado que lo iba a conseguir”, apunta.
Su aventura no acaba aquí. El sábado volará hasta Málaga, pero la vuelta a su tierra volverá a hacerla pedaleando con su ‘compañera de fatigas’, Un recorrido que le supondrá un paseo y donde piensa seguir disfrutando.
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