La Noche de Jesús, la Madrugada de Jerez, es una noche de contrastes, donde el recogimiento, la veneración y la exaltación van como cogidas de la mano en busca de una misma emoción y sentimiento.
Comenzando por el recogimiento sobrecogedor del Santo Crucifijo, siguiendo por la solemnidad de Las Cinco Llagas, atributos en ambos casos que vuelven a repetirse con La Buena Muerte, hasta llegar a la tradición universal en torno a Jesús Nazareno y el apasionado fervor que despierta la Hermandad de La Yedra.
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