Durante sus noventa y dos años de existencia, a Gabriel Mateos, le ha dado tiempo de todo. Lo reflejaba el pasado miércoles en el acto de las exequias, en el día de último adiós en su alocución el párroco de La Nieves Francisco Fuego Luza, al referirse al obituario que había leído en el periódico de papel Diario de Jerez. Lo refirió para distinguir el trabajo desarrollado por Gabriel como presidente de la comisión parroquial. Una tarea iniciada desde los comienzos del centro eclesial, hasta los últimos días de su vida.
Lazos de muy cercana amistad que durante mas de setenta años desde el día de su boda mantuvieron Gabriel y su esposa Carolina con el sacerdote entonces monaguillo en la Basílica de la Merced, siendo además Carolina la madrina del Padre Fuego el día que cantó su primera misa
Bien es verdad, que desde el punto de vista radiofónico tengamos que recordar una figura tan atípica que ha formado parte de la historia de la radio jerezana, como la de Gabriel Mateos dedicando muchas horas durante más de cuarenta años, fomentando la programación taurina de Radio Jerez. Un apoyo que diversificó primero como empresario, patrocinando el espacio con las firmas en las que estuvo implicado.
Dio realce al premio anual de “Los Toros”, desde 1976 hasta 1983, entregando en varias ocasiones el premio al triunfador, casi siempre recogido por una primerísima figura del toreo. Una vez jubilado desde 1984 hasta 2003, tuvo la delicadeza de aportar con generoso desinterés sus conocimientos como colaborador fijo alcanzando algo más de mil programas con su participación, en las que nos acompañó en la andadura continuada posteriormente en Onda Jerez RTV, hasta que por motivos de salud hubo de retirarse.
Extendió su colaboración tanto en programas en el estudio: en el exterior las retransmisiones en directo como en los coloquios que se desarrollaron en la Finca de los Alburejos, Bodegas Gonzalez Byass, Garvey, Puerto Sherry, Hotel Avenida, Bodegas Williams and Humbert, Hotel Jerez; Hotel Monasterio San Miguel de El Puerto de Santa María; Hotel Guadalquivir y Doñana de Sanlúcar de Barrameda. No faltó tampoco su presencia en los jurados de Radio Jerez como del “Hotel Jerez” y de los premios a la “Solera en el toreo”, otorgado por la firma Garvey.
Vivió muy de cerca, todo el recorrido que precedió a cada programa en que participó. Las anécdotas serían interminables, pero su comportamiento humano fue ejemplar. Se acercaba a toda la nueva generación de compañeros radiofonistas que se iniciaban hace más de treinta años en distintos momentos, como los casos de Miguel Perea,Pedro Rollán,J.M Cauqui,Javier Domínguez, Juan Ignacio Lopez, Isabel Noci,Silvia Gonzalez, Almudena del Ojo, Beatriz Ortega, Jaime Cantizano, Angel Gutierrez, David Gallardo y Javier Benítez entre otros.
El cuerpo auxiliar técnico era algo al que le profesaba especial cariño. Pueden dar buena prueba Mercedes López. José María Sánchez, Enrique Pérez, Paco Jiménez, Paco Vega, Alberto Viciana, Juanma Romero, Dani Riba, Juan Antonio Menacho, Javier Barba y Paco Barroso. No hay mejor momento que con esta relación de compañeros, recordar su personalidad llena de un afecto patriarcal y sobrado de caballerosidad, factores que dominó en su amplia familia supernumerosa como padre, abuelo y bisabuelo, y que supo trasladar con extraordinaria cercanía a los demás. A nivel personal, la diferencia de los años nos llevó a testimoniarle un gran respeto y admiración, devuelto y correspondido por su extraordinaria amistad.
Nunca podremos olvidar sus frecuentes salidas a caballo montando a animales de raza anglo-hispano-árabe y anglo-árabe.En las crónicas periodisticas el compañero Francisco J. Orgambides lo mencionaba con el apelativo de caballista Su última aparición en la monta fue en el pasado verano. Siempre estuvo dispuesto para mantener su apasionada afición de toda la vida.Algo que tuvimos ocasión de comprobar muy de cerca en las amplias conversaciones mantenidas en los ultimos años cuando le visitábamos en su propio domicilio en compañía de Javier Garcia Romero
Gabriel, se distinguió por su criterio propio e independiente. Le acreditaron como uno de los ganaderos que más entendían de caballos en toda la zona. El tiempo transcurrido dejo pasar por alto la concesión de un más que merecido “Caballo de Oro”. Hay tiempo para rectificar y recordar su figura instituyendo un memorial Gabriel Mateos para cualquiera de los acontecimientos situados en los concursos que se organizan con motivo de la Feria del Caballo.
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