Transcurrida ya una semana desde que finalizaron las obras de apuntalamiento del bloque 26 de San Telmo Viejo, el edificio que tuvo que ser desalojado de forma preventiva hace dos meses por riesgo de derrumbe, el regreso de las siete familias a sus casas sigue demorándose. Al parecer, si bien la intervención del Ayuntamiento se ha realizado con agilidad y no se ha prolongado más de cuatro días, es en el último trámite pendiente, el de la supervisión por parte del arquitecto representante de los propietarios para autorizar la vuelta a sus casas, donde no termina de cerrarse un acuerdo, tal y como han apuntado a este periódico fuentes vecinales.
En cualquier caso, al haber actuado de manera subsidiaria en una propiedad privada al derivarse a las familias afectadas -cuatro de ellas, las otras tres están con allegados- a un hotel, primero, y luego a un piso, cuyo alquiler costea el Ayuntamiento desde hace un mes, otras fuentes señalan que la pelota está en el tejado de los vecinos, puesto que el Gobierno municipal ha ya cumplido con su cometido.
Así lo recordó el propio delegado de Urbanismo, Francisco Camas, cuando confirmó el fin de la intervención que han ejecutado los operarios de Infraestructuras. “Hemos cumplido lo acordado con los vecinos en las distintas reuniones que hemos mantenido con ellos”; “se ha actuado en las zonas de sótanos y en las distintas plantas que tiene el edificio” y “para que las familias puedan volver a sus viviendas, es necesario que el arquitecto representante de los propietarios supervise la obra realizada y autorice el regreso a sus casas”, dijo. En cualquier caso, desde el Ayuntamiento siguen estando dispuestos a mediar y reunirse con los vecinos afectados para acelerar el regreso a sus viviendas.
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