Los vecinos del centro histórico van a pedir este lunes en el Ayuntamiento que se recupere el dispositivo policial de los jueves por la noche en el entorno de San Mateo, donde esta última semana ya han notado el “jaleo” de las primeras fiestas que organiza una conocida discoteca de la zona con la llegada del verano. Los problemas de ruido y los restos de cristales de botellas propias de las reuniones de botellón en este enclave han vuelto a poner a los residentes en alerta, y esta vez tienen claro que no van a permitir que la cosa pase a mayores.
Por ello, como explica el presidente de la asociación de vecinos del centro histórico, Alejandro González, al que estos últimos días le han llegado las quejas, van a solicitar que el operativo policial comprenda especialmente el intervalo entre las cuatro y las siete de la mañana, que son las horas más complicadas y “de más incidencia” al coincidir con el momento en el que los jóvenes empiezan a llegar o a abandonar, según el caso, el conocido establecimiento de ocio nocturno.
Además, tienen claro que si no se toman cartas en el asunto y la movida se descontrola de aquí a agosto, “volveremos a salir por la noche de madrugada”, como ya hicieron hace varios veranos a modo de patrulla para recorrer los focos más complicados y avisar a la Policía Local de los puntos donde había botellones ilegales para multar. Una práctica a la que podrán sumarse otras acciones sobre la marcha jugando con el efecto sorpresa.
Sea como fuere, lo que más les indigna es que se repita “el mismo patrón” que todos los años a la hora de actuar contra este problema “gobierne quien gobierne” ante la “falta de voluntad” de poner remedio a un problema que tiene todos los visos de acabar en los juzgados, a la espera de que tengan los expedientes que reclamaron a comienzos de año tras aprobar en asamblea denunciar. “Hay razones de sobra para quitarle a este local la licencia, pero no actúan, la terraza tiene licencia de café y bares, es decir, que no puede tener actividad más allá de las dos de la mañana, y es ahí donde la gente se queda hasta las tantas y luego se les llena la boca de pedir que se cumpla la normativa”, se queja el representante del colectivo vecinal.
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