Después de más de 45 años con presencia en la ciudad, la Asociación de Personas Sordas de Jerez, Apesorje, está viendo más que nunca su futuro comprometido por la deuda de la Junta de Andalucía con esta y el resto de asociaciones de Andalucía. En total son 2,1 millones lo que la Administración andaluza debe a estos colectivos en toda la comunidad, lo que empiezan a pesar como una losa a la hora de mantener a su personal. Además, son 32 los trabajadores, entre intérpretes y trabajadores sociales de toda Andalucía, los que llevan un año sin cobrar, y lo peor de todo, como denunció ayer el presidente de Apesorje en Jerez, Pedro Jesús Vega, es que estas personas son los pies y las manos de este colectivo a la hora de orientarles en la búsqueda de empleo y facilitarles cualquier gestión cotidiana como, por ejemplo, renovarse el DNI, para que interpreten su código de signos. En la actualidad tienen una intérprete con un contrato de cuatro horas, y otra chica que cumple la doble función de trabajadora social e intérprete. Ambas pueden marcharse en cualquier momento.
Debido a la deuda con la Junta, tampoco se están pagando los gastos derivados de los cursos de formación para favorecer la inserción laboral de las personas sordas, lo que unidos a la reducida sede que ocupan en la planta baja de un bloque de viviendas de la calle Sevilla complica más que nunca la supervivencia de esta asociación, que actualmente no sobrepasa los 70 socios. La crisis se llevó por delante su proyecto de construcción de una sede en unos terrenos de Chapín, y ahora el cambio de Gobierno les ha dejado sin el antiguo local de Aguas de Jerez en la Plaza del Carbón que el anterior Ejecutivo local del PP les había cedido provisionalmente y que llegaron a visitar. Su problemática fue a Pleno, pero siguen sin obtener respuesta. Ya no pueden más.
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