Todo empezó en Cuartillos

Publicado: 29/08/2015
Las investigaciones con las que se ha acabado desarticulando una red de narcos comenzaron a raíz del crimen del vecino de esta barriada rural el pasado mayo
El delegado de Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, ha felicitado al cuerpo de la Guardia Civil por su "éxito policial" tras haber esclarecido "en dos semanas" y mediante "una investigación muy minuciosa" el asesinato de una persona, cuyo cuerpo fue encontrado en una cuneta en Medina Sidonia (Cádiz), y haber desarticulado una banda criminal dedicada supuestamente al tráfico de estupefacientes con la detención de siete personas y la imputación de otras tres.

   En declaraciones a los periodistas en Almería, Sanz ha señalado la "buena acción" de la Guardia Civil a través de la operación 'Tobera', por la que se ha imputado a los detenidos la presunta comisión de los delitos de asesinato, detención ilegal, tráfico de drogas, extorsión, amenazas, robo con violencia e intimidación, falsedad de placas de matrícula y pertenencia a organización criminal.

   Según ha informado la Guardia Civil en un comunicado, las actuaciones de la primera fase se produjeron cuando los guardias civiles del equipo de delitos contra las personas conocieron la aparición del cuerpo sin vida de un vecino de la pedanía jerezana de Cuartillos maniatado y tirado en una cuneta de la carretera A-381.

   El cuerpo llevaba aún su cartera y otros objetos de valor, lo que descartó el robo como móvil del crimen. Asimismo, la autopsia determinó que la víctima falleció a causa de asfixia y estrangulación. La víctima contaba con antecedentes por tráfico de drogas, lo que, unido a las características de su entorno, llevó a los investigadores a relacionar su muerte con un posible ajuste de cuentas por el narcotráfico.

   Siguiendo con las pesquisas, tomaron declaraciones a todas aquellas personas del entorno de la víctima e incidieron sobre todo en aquellas que presentaban menos firmeza y que pusieron de manifiesto que el asesinato tendría su origen en el robo de 120 kilogramos de hachís de los que un amigo de la víctima tenía encargada su custodia y que, al estar las viviendas de ambos comunicadas, los propietarios de la mercancía habrían secuestrado y asesinado a la víctima para obtener información sobre el paradero de la droga o vengarse por su pérdida.

   Una vez claro el móvil del crimen, así como identificada la organización propietaria del alijo robado, se intensificaron las vigilancias sobre todos ellos. Así, se señaló el vehículo en el que la víctima fue secuestrado a la salida de su domicilio cuando se dirigía a desayunar en un bar cercano, si bien, los secuestradores habrían falsificado la matrícula del turismo.

   Tras la detención en Jerez y Medina Sidonia de los cuatro primeros sospechosos del secuestro y asesinato, se armó una segunda fase de la operación para detener a los propietarios de la droga que habían encargado esta tarea.

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