El Elche ha sido un espejo donde el xerecismo ha podido mirarse en estos últimos días. Al borde del descalabro, ya que debía siete millones de euros a la plantilla, ha logrado lo imposible, aunque era posible. Lo ha logrado porque al tal Anguix lo han puesto de patitas en la calle y porque el Ayuntamiento, con su alcalde al frente, que no sé ni me importa de qué partido es, se ha puesto al frente de las operaciones, llamó a arrebato al aficionado y al empresariado ilicitano y lograron la proeza, aunque de por medio, y a última hora, salió la LFP, es decir Tebas, indicando que tenían a su disposición las cantidades provenientes de la ayuda al descenso, aquellas que en su momento se le negaron al Xerez y las mismas que desde el mismo organismo se les negaban a Anguix. Y es que Tebas parece que no mira a las entidades sino a las personas que las dirigen. Ya bajó administrativa al equipo de Primera a Segunda y a punto, si no media la intervención municipal, ha estado de hundirlo en la miseria como hundió en su momento al Xerez CD, al que le negó el pan y la sal para seguir en Segunda B y ayudó a que, con la incompetencia económica de Energy, se encuentre sumido en un pozo del que parece difícil que pueda salir. En Elche se ha salido porque el Ayuntamiento se ha postulado. Quizá aquí, en su momento, también hubiese hecho falta que el Ayuntamiento se hubiese postulado en echar a los que tanto daño han hecho y coger las riendas, aunque el club lo llevasen otras personas. A lo peor todo esto de la unidad, unidad rota en estos momentos, del xerecismo ni siquiera se hubiese planteado. Pero eso son episodios pasados y el presente habla de que la pretendida unidad de la afición xerecista bajo un mismo club se ha roto en los últimos instantes, tal vez porque quien tiene la última palabra en la sociedad anónima deportiva, que es su accionista mayoritario, no haya conseguido los objetivos que perseguía; tal vez porque se han dado por hechas cosas y circunstancias que dependían de terceros; seguramente porque no se trataba solo de firmar un manifiesto sino de que se pidiese voluntariamente la liquidación de la sociedad anónima y eso no depende solo y exclusivamente de voluntades. Por todo eso, aunque se diga que la negociación va a continuar, en estos momentos, si se salva el tema económico, que no parece imposible, el Xerez CD va a seguir compitiendo y el Xerez DFC va a seguir apostando por el futuro. En esta campaña si se queda un solo Xerez será porque el de Primera Andaluza no pueda competir.
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