Esta declaración supone la protección del patrimonio en unos espacios subacuáticos en los que se presume fundadamente la existencia de restos arqueológicos de interés y, por lo tanto, se considera necesario adoptar medidas precautorias con el objetivo fundamental de evitar, entre otras amenazas, el expolio.
Es la primera vez que en la comunidad andaluza se declara como Zona de Servidumbre Arqueológica un espacio subacuático, lo que supone un importante paso de la Consejería de Cultura en la defensa, protección y conservación del patrimonio histórico. Con esta medida, no sólo se pretende además, proteger unos espacios de interés que guardan bajo el agua las claves para interpretar la historia.
Además, con esta declaración la administración andaluza deberá autorizar cualquier actuación que se realice en los terrenos de estos espacios subacuáticos, lo que le permitirá inspeccionar en todo momento las obras y actuaciones que se lleven a cabo en estas zonas.
Para proceder a la identificación y declaración de estas Zonas de Servidumbre Arqueológica , la dirección general de Bienes Culturales se valió de información detallada procedente de programas de investigación preventiva impulsados por la Consejería de Cultura, entre los que figuran la prospección geofísica para la identificación y protección del patrimonio subacuático, el proyecto Trafalgar, el de Baelo Claudia o Tarifa, o el de conservación preventiva del patrimonio arqueológico subacuático, y la Carta de Riesgo Antrópico del Litoral Andaluz.
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