Las obras de consolidación de la Iglesia de Santiago marchan “muy bien”. Lo aseguró ayer el arquitecto director del proyecto de restauración, Emilio Yanes, basándose, especialmente, en el éxito de una técnica pionera puesta en práctica para poner a salvo los pilares del templo. No es la única de las intervenciones pioneras que se están llevando a cabo en tan singular intervención, pero el equipo de trabajo se siente especialmente satisfecho con el resultado de ésta en particular.
Según explicó el propio Yanes, la técnica consiste en la desecación de los pilares mediante la inyección de aire, que permite extraer todo el agua acumulada en el interior de la piedra para, adicionalmente, inyectar un mineralizador a la piedra que cierre los poros y dé al material el valor que debería tener.
Las revelaciones se produjeron en la mañana de ayer en el transcurso de una visita guiada para los medios de comunicación a instancias del propio Obispado, que ha puesto en marcha este programa de visitas para que los ciudadanos puedan ir conociendo el desarrollo de los trabajos. El primer grupo en hacerlo fue una representación de la asociación Jerez por Santiago y la semana próxima lo hará una representación de las hermandades con sede canónica en el histórico templo jerezano.
Eso sí, Yanes no se comprometió a dar un plazo sobre el periodo de finalización de estas tareas, ya que dependerá del comportamiento de la meteorología. “Si la humedad ambiente es mala, como está ocurriendo en estos momentos, el proceso durará más”. En cualquier caso, y como insistió en más de una ocasión, su preocupación no tiene nada que ver con el paso de los días, sino con alcanzar el valor en la medida de profundidad de la humedad, marcado por el nivel 35, partiendo del hecho de que la cifra tope que marca ese mismo medidor para cada pilar alcanza el nivel 99.
Fue muy riguroso además con el tema de los plazos a preguntas de la prensa, e insistió en que “nadie se ha comprometido a que la iglesia pueda abrir antes de Semana Santa. A lo que nos hemos comprometido es a resolver todos los problemas estructurales que tiene la iglesia, y en este sentido la cosa marcha muy bien”.
El arquitecto director de los trabajos también explicó ayer que a la hora de actuar sobre los pilares han puesto en práctica diversas técnicas, siendo esta última, la del desecado, la que mejor resultado ha dado. Yanes confesó orgulloso que es la primera vez que se aplica esta técnica en el mundo, al menos que él tenga constancia, y reconoció a su vez que están recibiendo visitas de profesionales del sector para conocer los avances realizados y la aplicación de diferentes técnicas que pueden abrir nuevos campos en el terreno de la rehabilitación de edificios.
El objetivo final es que la consolidación que se lleve a cabo en el edificio sea permanente, ya que según está documentado, desde la fecha de su apertura, la Iglesia de Santiago ha necesitado continuas intervenciones cada cincuenta años aproximadamente, a causa, según explicó, de un “problema congénito gravísimo”, ya que el edificio “es inestable de por sí. Está concebido con tendencia a caerse”.
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