El párroco falleció el pasado miércoles a la edad de 83 años tras padecer una penosa enfermedad, al parecer leucemia.
El alcalde algecireño, Tomás Herrera, acudió ayer a la iglesia para dar personalmente el pésame a los familiares del sacerdote, cuyo cuerpo ha sido recibido con un responso ofrecido por el reverendo Jesús Casado Benito, párroco titular de La Palma.
El primer edil destacó “la importante labor que desarrolló el padre Sebastián en vida y que, entre otros reconocimientos, le valió recibir el 24 de julio de 2000 el nombramiento de Hijo Adoptivo de Algeciras, ciudad a la que llegó en el año 1959”.
Después de conocerse la noticia del fallecimiento, el alcalde ordenó que las banderas de los edificios municipales ondearan a media asta durante la jornada de ayer en señal de luto, permaneciendo también cerrada una de las dos hojas que componen la puerta de entrada de la Casa Consistorial de la calle Alfonso XI.
El funeral de corpore insepulto tuvo lugar en la tarde de ayer y estuvo oficiado por el obispo de la Diócesis de Cádiz-Ceuta, monseñor Antonio Ceballos Atienza. La misa estuvo concelebrada con un total de 30 sacerdotes.
Entre los que se acercaron a la iglesia de La Palma para expresar su pésame se encontraba el Defensor del Pueblo andaluz, José Chamizo.
Fueron cientos los testimonios de pesar y las personas que se acercaron desde que se instaló la capilla ardiente a primeras horas de la mañana. De hecho, durante toda la jornada se podía contemplar un nutrido grupo de fieles, situados en las primeras bancas de la iglesia de La Palma, que profesaron el último adiós al sacerdote.
Sebastián González Araujo ocupó varios cargos durante su ejercicio pastoral. Entre ellos se encontró el de vicario general del Campo de Gibraltar y delegado diocesano para el clero. Además, recibió el nombramiento de Prelado Doméstico de Su Santidad. Tras su jubilación, en el año 2000, fue designado capellán del antiguo Asilo de San José.
Pésame
Desde que se conoció la noticia, a última hora del martes, el alcalde, Tomás Herrera, trasladó el pesar propio y de la Corporación Municipal, en nombre de la ciudad, por el fallecimiento del sacerdote Sebastián González a amigos y familiares.
El primer edil destacó “la vinculación que el padre Sebastián ha tenido siempre con la ciudad, primero durante más de cuatro décadas al frente de la parroquia mayor de nuestra ciudad, y después de su jubilación, a principios del año 2000, haciéndose cargo de la capilla del antiguo Asilo de San José”.
“La labor que el padre Sebastián González Araujo realizó en vida, también en el plano social, siempre perdurará en nuestra memoria, por lo que ahora nos unimos el pesar por su desaparición”, señaló Herrera.
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