La instrucción del crimen de Raquel Barrera, la vecina de Jerez de 42 años que en la madrugada del 6 de abril fallecía tras ser apuñalada presuntamente por su marido en el domicilio conyugal, estará concluida en el mes de septiembre. Según indican fuentes judiciales, el proceso se encuentra muy avanzado, con lo que la intención es que a la vuelta de agosto, mes inhábil judicialmente, se retomen los últimos flecos pendientes de esta fase, tras haber culminado las pruebas testificales con la declaración de agentes que hicieron el atestado, vecinos, y amigos con los que la pareja cenó la noche de los hechos.
El acusado, que confesó los hechos a la Policía Local -a la que él mismo llamó tras el suceso- se encuentra desde entonces en prisión preventiva, y todo parece indicar que acusación y defensa mantienen su intención de alcanzar un acuerdo en la condena que cumpla el marido de Raquel para evitar el juicio.
De este modo, las familias se ahorrarían el desagradable trago que supondría la celebración de una vista después de que el entorno de ambos siga sin comprender cómo una discusión pudo desencadenar esta tragedia. En esta decisión ha pesado, y mucho, como ha podido saber este periódico, las buenas relaciones entre los padres de Raquel y su marido, así como la existencia de un hijo adolescente nacido de un matrimonio “normal” de puertas para afuera, lo que explica la conmoción que originó en su día este suceso, el último de violencia machista ocurrido en la ciudad.
Casi un año atrás fue la joven Miriam Tamayola que murió en plena calle a causa presuntamente de las puñaladas que le dio su ex pareja. Su juicio está señalado del 1 al 4 de diciembre en la sección octava de la Audiencia Provincia.
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