Jaime D.R, de 18 años, imputado por un presunto delito de asesinato junto a Fernando M. R por la muerte del menor, Jairo Gómez, víctima de cuatro puñaladas en el botellódromo de Jerez de la Frontera (Cádiz) en julio de 2012, ha asegurado este lunes ante el tribunal en relación a la pelea que "todo fue muy rápido", que "estaba supernervioso" y que no se dio cuenta "de nada, ni sentía nada cuando lo empujaba" (por la víctima) durante el forcejeo.
En el juicio que acoge la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Cádiz, con sede en la localidad jerezana, el presunto autor material de los hechos ha explicado al tribunal y al jurado popular que "no conocía a Jairo de antes" y que fue Josua, un amigo de la víctima, "el que originó todo", tras tener varios enfrentamientos previos con él en la Feria del Caballo y en una fiesta de cumpleaños que le provocaron una lesión en un hombro.
A las preguntas del tribunal, el acusado ha explicado que la noche de los hechos salió al botellódromo "porque me convencieron mis amigos" ya que después de estas dos peleas "cogí miedo y no salía de casa".
Una vez en el recinto autorizado para beber alcohol en la vía pública, ha relatado que fue "a dar una vuelta" coincidiendo con Josua --que ha declarado como testigo--, del que dijo que se "alteró bastante". Al poco tiempo, dice que llegó el otro procesado, Fernando M.R. --acusado presuntamente de facilitarle la navaja--, advirtiéndole de que le "estaban buscando para pegarle", señalando que cuando se dio cuenta se acercaron hacia él "Josua con Jairo, y un montón de gente, y me hicieron un semicírculo".
En este instante, el presunto autor material de los hechos se "asustó" porque creyó que le iban a dar "una paliza", por lo que se acercó a Josua "para pedirle que dejáramos las cosas como están y entonces apareció Jairo", preguntándole a su amigo si era él (por el procesado) el que le había pegado.
Como ha relatado, en ese momento "Jairo, sin esperarlo, se avalanzó y me golpeó la cara. Me sentí un pinchazo en el brazo, una sensación de frío y calor y vi la sangre, con lo que le quité como pude algo que tenía en la mano y lo empujé tres veces con todas mis fuerzas. No noté nada. Luego dejé lo que tenía en la mano y me fui".
A los pocos metros fue alcanzado por los agentes del 092 alertados por los gritos. En este sentido, ha manifestado que "se dio cuenta" de lo que había pasado, una vez que la Policía "me sentó" y escuchó decir "lo estamos perdiendo" (por Jairo).
Durante su testimonio, ha exculpado al otro imputado de haberle facilitado el arma minutos antes de la agresión, y ha asegurado que Fernando M.R. sólo le dijo que "si quería ayuda, que lo buscase".
Exceptuando a Josua, uno de los amigos de la víctima, que ha afirmado que Fernando M.R. "se metió en medio de la pelea unos segundos" pero que "exactamente la navaja no la vio", ninguno de los otros cinco testigos de la acusación que han declarado hoy, entre vecinos y amigos de la víctima, han situado al otro procesado en el momento de la pelea facilitándole el arma del crimen al presunto homicida.
"YO NO SALGO A LA CALLE CON NAVAJAS"
Por su parte, Fernando M.R. ha negado que el arma blanca empleada en la agresión fuera suya. "Yo no salgo a la calle con navajas, ni tengo enemigos ni enfrentamientos", ha asegurado, detallando que "le ofreció su ayuda" al otro imputado cuando vio que se le "acercaban un grupo de diez o más personas".
"Ni me acerqué, ni le di el arma", ha insistido, añadiendo que vio al fallecido "muy alterado" propinarle "un puñetazo" al principal imputado, quedándose en ese momento "los dos agarrados, forcejeando" hasta que Jairo "se desplomó" en el suelo.
Josua, por su parte, ha admitido que tenía "malas relaciones" con el principal acusado y ha explicado que la noche de los hechos este último, "y una aglomeración de gente", vinieron hacia él y ha negado que "animara a Jairo" a la pelea.
También ha precisado que conocía a la víctima de hacer trabajos sociales en la Cruz Roja y que si el menor no le hubiera "defendido" a él esa noche, "hoy igual no estaría aquí sentado".
Sobre el menor fallecido, al que llamaba cariñosamente "el niño", ha asegurado que era "buena persona" y que pese a haber tenido "conflictos familiares" y haber hecho "alguna gamberradas como todos hemos hecho", en ese momento "llevaba una vida más estable".
El resto de testigos que han comparecido en la sala, entre vecinos y amigos del menor, han negado conocer a los procesados y han explicado que todo ocurrió en "cuestión de segundos", y que se dieron cuenta de la gravedad de los hechos cuando Jairo "cayó al suelo" y le vieron la camiseta "manchada de sangre" y las heridas.
Uno de ellos, que prestado declaración con mamparas de protección para evitar ser visto por los imputados, ha señalado que vio "perfectamente" al principal encausado "sacar una navaja y dar varios golpes en la barriga y en el pecho" al menor. En ese momento, ha explicado que se quedó "sin saber que hacer" y que fue entonces cuando vio que el fallecido "no respiraba y estaba lleno de sangre".
La vista se reanuda mañana martes con nuevas declaraciones de testigos.
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