Los más feriantes, es decir, casi todos los jerezanos, han tenido y tienen todavía en la jornada de hoy domingo la oportunidad de contagiarse de un ambiente que puede recordar a mayo, aunque a una escala notablemente menor, a la par que disfrutan del paladar y del mejor vino. La III Fiesta Gastronómica de la Alameda Vieja, a la que la mayoría ha acuñado ya el término de Feria de la Vendimia (aunque la propuesta dista mucho de la cita original de antaño), termina hoy tras casi cinco días ininterrumpidos en los que el ambiente ha acompañado especialmente el fin de semana, si bien la noche del jueves gracias al concierto de El Canijo de Jerez, fue otra de las más fuertes.
Más de una veintena de hosteleros han aprovechado el tirón que siempre implica una convocatoria de este tipo y, sobre todo, por los precios populares, ya que los jerezanos han disfrutado de tapa y copa a tres euros. Eso sí, aunque se ha ganado en espacio, la organización de este evento y el Ayuntamiento todavía deben mejorar muchas cuestiones si quieren que este espacio aguante en el tiempo y con nota. En primer lugar, dejar de servir en platos y vasos de plástico, la falta de previsión de más de un bar, que a las once de la noche tenía “agotada” su tapa estrella y así como parte de la carta que ofertaba, y sobre todo -esto afecta más al Gobierno local- aprender a dosificar la oferta de ocio para sacar punta de cada una de las propuestas.
Sin ir más lejos, el pasado viernes, el espacio de los conciertos se quedaba bastante desangelado, pese a lo bien que sonaban las versiones del grupo jerezano The Reguestones. Y es que a pocos metros estaba el concierto de Diego Carrasco, que llevó a artistas de lujo como Diego El Cigala, lo que restó y bastante público tanto a la actuación en laAlameda Vieja como a las casetas. Un acierto ha sido el trasladar el ciclo de Copa en Copa a este mismo punto, ya que no hay nada mejor tras degustar los mejores caldos -a precio cerrado 1 euro los vinos tipo y 2 euros los VOS y VORS- como disfrutar de delicias gastronómicas a pocos metros.
Además, para los que preferían un ambiente más tranquilo, tenían bares y establecimientos de restauración donde elegir por el centro, en el que se ha notado y mucho más movimiento de público estos días. Ayer sin ir más lejos, entre la procesión de la Coronación de la Yedra y la amplia oferta de ocio y gastronómica, el centro vivió una jornada fuerte en la que afortunadamente la lluvia, aunque lo intentó, esta vez no aguó la fiesta.
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