Plaza de Toros de Jerez. Toros de Fermín Bohórquez, de buen juego en general, sobresaliendo tercero, cuarto y quinto, sexto parado, al igual que el primero. Fermín Bohórquez, oreja en cada uno; Diego Ventura, ovación y dos orejas; y Manuel Manzanares, que se presentaba, ovación en los dos. Entrada a la plaza, sin llegar a medio aforo.
Abrieron la primera puerta grande del abono Bohórquez y Ventura tras sendas actuaciones de mucho mérito, aunque hubo fallos a espadas. La benevolencia presidencial hizo el resto. Manuel Manzanares se enfrentó a todo un reto y su actuación fue convincente y correcta, fallando también con los rejones de muerte.
La intervención del veterano Fermín Bohórquez ante sus dos toros han sido completas. Realizó dos faenas distintas, donde el toreo de costado, templado, dando los costillares y cuarteando en banderilla, tuvieron el beneplácito del personal.
Colocó banderillas, destacando sus pares a dos manos, con su estilo campero, que Fermín sabe imprimir con sabiduría. Fue todo un derroche de buen toreo y de buena cuadra, destacando Brasileño, Ruiseñor y Melero en banderillas. En su segundo, entendió perfectamente al toro, dándole su terreno, clavando el estribo y parando muy bien con la yegua Rubia. El triunfo, justo, aunque necesitó el descabello por dos veces en su segundo.
Diego Ventura estuvo espectacular en su lote, con mucha verdad y pureza en los piques, quiebros y piruetas. Entró de manera soberbia al clavar banderillas totalmente volcado sobre el morrillo del toro. Con Napoleón, que así se llamaba el primer toro, el faenón llegó con Maletilla, una yegua preciosa y torera, donde llegó el toreo de costado. Todo lo hizo perfecto, menos a la hora de rematar. No estaba Califa en la cuadra de hoy, y eso se nota. Redondeó su gran actuación con el segundo y acompañó a Bohórquez en su salida por la puerta grande.
El público ha estado muy animoso y comprendiendo la juventud de Manuel Manzanares, que en todo momento estuvo acompañado en el callejón por su padre y hermano.
Tiene buenos caballos con el hierro de Hermoso de Mendoza, y supo torear con valor y sabiduría. Todo quedó en ovaciones en su primero, donde también destacó en quiebros.
En el último, el toro no le ayudó, y aunque hubo mucha voluntad, faltó acierto y su actuación fue larga. Tiene buenas dotes de caballista y puede ir a más, no tiene que desanimarse en esta difícil profesión que ha elegido.
Para esta tarde está anunciada la corrida de Juan Pedro Domecq para un cartel de variado gusto artístico. Por una parte Morante y Manzanares, y en la otra El Fandi, espectacular esta temporada en banderilla, aunque también sabe torear con capote y muleta. Se espera el entradón de la Feria. A Morante, tras su paso por Sevilla, donde todavía siguen hablando de esa media que dejó como escultura efímero en el albero maestrante, se le aguarda con igual expectación que a Manzanares, que también triunfó en Sevilla ante un toro también de Juan Pedro.
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