Lo que comenzó con una llamada a José María del Río Serrano para que se integrase en la junta de gobierno de la Hermandad de La Coronación de Espinas a comienzos de los 90 se ha constituido hoy en día en esa realidad que se llama Fundación Paz y Aflicción que está a punto de conseguir poner en marcha su gran objetivo, como era primero la construcción y, después, funcionamiento de un Centro de Estancia Diurna.
Días atrás la Junta de Andalucía le ha dado los correspondientes permisos de funcionamiento y el pasado miércoles, desde la Delegación de Urbanismo, se pasó la correspondiente inspección para tramitar definitivamente la licencia de apertura algo que se espera llegue de forma inmediata, por lo que las perspectivas son que en un plazo aproximado de quince días, quizás coincidiendo con la festividad de Todos los Santos, el Centro de Estancia Diurna, enclavado en la prolongación de calle Pizarro, junto al Polideportivo Manuel Acuña, sea ya una total y absoluta realidad.
comienzos
La Fundación Paz y Aflicción nació a partir de los esfuerzos e ilusiones de un pequeño grupo de Hermanos de la Hermandad de la Coronación de Espinas y devotos de Nuestra Señora de la Paz en su Mayor Aflicción con el fin de llevar a cabo algunas actuaciones de tipo social y, como consecuencia de una serie de inquietudes surgidas al conocer la situación de precariedad de algunas familias en la zona de La Albarizuela, en el barrio de San Pedro, y también de algunos de la propia Hermandad, en el año 1.992 se creó el grupo Movimiento de Seglares Paz y Aflicción.
La idea inicial fue de José María del Río quien dijo que entraba en la junta que presidía Francisco Hurtado siempre y cuando el dinero que se gastaba en bandas se igualase para obras sociales. En aquella etapa parece que se estaba hablando de ochocientas mil pesetas. Está incluso reflejada esa circunstancia en el libro de actas de la propia hermandad.
Ese grupo seglar, tras realizar un estudio en profundidad, participativo y de campo, adquirieron conocimientos que los concienciaron de la necesidad y el deber de asumir un compromiso social. Las metas propuestas de apoyo a personas de calles como Morenos, Rui López o entorno con problemas de humedades en sus casas, recalos y un largo etcétera de deficiencias en las viviendas se fueron superando con el apoyo de los ciudadanos voluntarios, profesionales del mundo empresarial, administrativo, sanitario y social, medios de comunicación y también de las autoridades civiles y religiosas dispuestos a participar en un proyecto social de atención y apoyo familiar, cuyo volumen se fue desbordando por encima del ámbito de la propia Hermandad y ahí nació, en el año 1999, la actual Fundación Paz y Aflicción, con el propósito de asistir al necesitado y de culminar el proyecto con la creación del Centro de Asistencia Diurna que no es un punto y final, sino un punto y seguido a la actividad que se viene desarrollando.
La Fundación
Fundación Paz y Aflicción fue fundada en el año 1.999 como una apuesta profesionalizada de atención a nuestros mayores. Desde entonces ha trabajado en las parroquias de Perpetuo Socorro, San Pablo, San Pedro o en la casa-hermandad del Santo Crucifijo de la Salud; en centros cívicos de la Liberación, luego en el Centro de Mayores, San Telmo o en la Asociación María del Carmen Requejo de la barriada de la Constancia. Para esa labor se ha tenido una oficina alternativa en el Edificio Huelva, 2. Se tomó, por cierto, la forma de Fundación, explicaba el vicepresidente de la Junta Rectora, José María del Río, porque “es la más estricta y la más vigilada por Hacienda. A efectos de control por la Administración funciona igual que otra empresa, aunque al ser una empresa de interés público no pagamos determinados impuestos y los que colaboran con nosotros desgravan hasta un 25 por ciento en su declaración de la renta. Hemos llegado hasta los trescientos socios, aunque ahora con la crisis hemos acusado algunas bajas”
En estos momentos cuenta con catorce personas que ofrecen asistencia a domicilio. Eso sí, la Fundación “trabaja con un convenio a nivel nacional cuyo costo está en 11,48 euros a la hora. Las circunstancias laborales adversas que estamos sufriendo y la bajada de precios ha hecho que si antes nos movíamos entre torno a las 60 ó 65 personas, ahora estamos en 20 ó 21. Hay personas que están en el paro y si tienen que cuidar enfermos, lo hacen por seis o siete euros a la hora e, incluso, hay aprovechados que intentan pagar menos. Ante eso no podemos hacer nada. Es la famosa economía sumergida. Yo no lo voy a denunciar porque está sirviendo para que las familias coman, pero son los políticos los que tienen que ver la situación. Esto en Pamplona, por ejemplo, sería de ganar dinero, pero aquí es muy complicado”.
Los beneficios que pueda conseguir la Fundación “revierten en la propia Fundación. Pienso que la situación que se está dando en estos momentos es transitoria y que si hay una ley para el personal de servicios que funcione, que no se abuse y que no se trabaje en la economía sumergida. No se puede trabajar con economía sumergida, nosotros estamos abiertos porque Dios es bueno y misericordioso. Evidentemente esta obra con dinero mío no lo haría. Hay muchas deficiencias por corregir”
Subvenciones también han llegado pero “para el tema de la construcción por parte de la Junta y de obras sociales de Cajas de Ahorro, pero esto se ha terminado”
La Fundación persigue la consecución de objetivos como “asistencia médica y social a personas ancianas carentes de medios económicos; asistencia médica y social a enfermos afectados por el mal de Alzheimer que carezcan de medios económicos; promoción de actividades culturales y educativas relacionadas especialmente con la divulgación de conocimientos y actividades encaminadas a la mejora de la formación de la juventud;promoción de actividades tendentes a fomentar la colaboración desinteresada de jóvenes y personas en general en el desarrollo de las actividades.
La cajita 1950
Corrían los años de posguerra y una monja tenía en nuestra ciudad un comedor para niños y niñas sin recursos e iba pidiendo para recabar ingresos. Entonces, en el año 1950, en el seno de la Hermandad de La Coronación, en la que estaban integrados muchos profesionales del sector textil, Juan Lozano, Manolo Monroy y Mario Rodríguez crearon ‘la cajita’, que era vender las cajas de cartón que sobraban en los establecimientos, e incluso botellas en mal estado que se vendían en los lavaderos, para ayudar a esas necesidades.
Ahora esa idea se ha retomado y se ha integrado en el proyecto de la Fundación Paz y Aflicción para ayudar a las necesidades que se encuentran y también como un proyecto de comercialización de alimentos , de representaciones de bebidas o aceite que pueden reportar unos pequeños ingresos para este amplio proyecto solidario que se está realizando y que se se va a agrandar con la puesta en marcha del Centro de Estancia Diurna. Por cierto que, dentro de este amplio proyecto solidario, Del Río Serrano recordaba que “también se ha sido adelantado en esa operación kilito que ahora tanto se prodiga. Fue Chelo, en la Hermandad de La Coronación, la que la puso en marcha en1992, cuando era algo que no se podía pensar”. De aquella ‘cajita’ solidaria de Lozano, Monroy y Rodríguez, a la operación kilo de Chelo y a una Fundación desde la que se intenta “transmitir a los jóvenes lo que no viene en los libros: La Solidaridad, con mayúsculas”.
50 plazas y 28 empleados
Cuando el Centro de Estancia Diurna Paz y Aflicción se aperture contará con cincuenta plazas de libre disposición ya que, de momento, no se ha acudido a concierto alguno. Será un”centro de formación y de atención al enfermo” que ya cuenta “con algunas solicitudes”, aunque lógicamente “tendremos que ir poco a poco según se vayan acercando las fechas de apertura”. Las personas que pueden integrarse en ese Centro de Día -que tiene un panel de disposición de jornada completa, con desayuno, almuerzo y merienda, y también por horas, por lo que una persona puede estar de una hora a tener atención desde la mañana hasta después de la merienda- son aquellas que tengan más de 59 años de edad y que, por diversas circunstancias, no puedan estar solas en sus domicilios y necesiten de un apoyo externo, que es el que se le va a ofrecer en este nuevo Centro.
Aparte de ser un ejemplo de solidaridad hacia el enfermo, el Centro de Estancia Paz y Aflicción ofrecerá también nuevas plazas laborales ya que “actualmente trabajamos con unas catorce asistentes a domicilio y pensamos que ese número de empleo lo podemos duplicar y estar hablando de unas veintiocho personas trabajando, al margen del voluntariado”.
A nivel de empleo se habla de enfermeros y enfermeras, trabajadoras sociales, auxiliares, fisios, mantenimiento y administración.
biblioteca bellido caro
Cuenta con una de recreo en un amplio jardín que, en principio, iba también a ser construido pero que finalmente no va a ser así ya que la finalización de las obras “ha salido por 1.300.000 euros y muchos disgustos”. Obras que se han hecho bajo la dirección del arquitecto José Soto García y que, por los problemas económicos, se iniciaron en 2006 y no han finalizado hasta este año.
Zonas de descanso, departamento de fisio , consulta de enfermería, comedor, cocina y una biblioteca que llevará el nombre de “monseñor Bellido Caro”, ya que “fue con él con quien negociamos la puesta en marcha de este movimiento, donde lo importante no es que lo seamos capaces de hacer nosotros, sino que si sumamos muchos proyectos estamos haciendo una labor de solidaridad, esa solidaridad, que se ha perdido, tremendamente importante”.
Antonio Martín-Bejarano es el presidente del Patronato, con Francisco Hurtado y Manuel Arcila como vicepresidentes. Pedro Larraondo Díaz es el director de la Junta Rectora de la Fundación.
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