El Gobierno local no descarta la posibilidad de asumir la gestión directa del servicio de transporte público a medio plazo, aunque en ningún caso parece dispuesto a pagar indemnización alguna a Urbanos Amarillos por un eventual rescate de la concesión.
La alcaldesa, María José García-Pelayo, aseguró ayer en una entrevista concedida al espacio La tronera, de Una TV, que el equipo de Gobierno no ha adoptado “ninguna decisión” respecto al futuro del transporte urbano, aunque “todo dependerá” en buena medida de “cómo funcione” el secuestro de la concesión y, sobre todo, de las recaudaciones que se obtengan, algo que permitirá determinar cuál sería el coste real que tendría que asumir el Consistorio en caso de que opte por la gestión directa.
García-Pelayo recordó que el secuestro es “una fórmula intermedia entre el rescate y la gestión privada” que “va a permitir organizar el servicio y adoptar decisiones de futuro” de cara a “garantizar la prestación del servicio y el mantenimiento del empleo”. En el supuesto de que Urbanos Amarillos optara por el abandono de la concesión, el Ayuntamiento volvería a sacar el servicio a concurso público con la intención de encontrar a una empresa “fuerte” que garantizara la normalidad. “Y si no es así, siempre queda la vía de prestar directamente el servicio desde el Ayuntamiento. El transporte público, si se trabaja bien, se puede casi autofinanciar. Hay vías para que no suponga un coste extraordinario”, zanjó.
La plantilla tiene un plan de pagos
García-Pelayo aseguró que el Gobierno ha entregado a los trabajadores un plan de pagos, por lo que “saben cuándo van a cobrar” las nóminas que a día de hoy les adeuda la concesionaria.
Fin definitivo a los conflictos laborales
La regidora adelantó también que el Consistorio “va a hacer todo lo que necesario dentro de la ley para evitar que vuelvan a producirse conflictos” que redunden en la prestación del servicio.
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