Jerez se ha propuesto el reto de ser una ciudad referente en el mundo de la cultura para el año 2031. Esta apuesta fue planteada por el concejal de Cultura, Francisco Camas, del equipo anterior de gobierno, encabezado por la entonces alcaldesa Mamen Sánchez, del PSOE. Al nuevo gobierno del Partido Popular, liderado por García-Pelayo, la idea le ha gustado, y se ha apropiado de ella. Después de todo, la política profesional conoce bien el valor de los grandes eventos y lo que estos representan en términos de comunicación.
En Jerez, es de conocimiento general que no hemos tenido suerte con los gobiernos municipales, cuya gestión nos ha colocado en el ranking de las ciudades más endeudadas de España. Con una deuda impagable, los proyectos dependen exclusivamente de la financiación de la Diputación, el Gobierno autonómico, el Gobierno central o la Unión Europea.
A pesar de ello, volvemos a apostar por grandes eventos como punta de lanza para modernizar la ciudad, dejando de lado lo importante, urgente y necesario: la transformación de una ciudad que carece de infraestructuras para enfrentar el gran reto de la humanidad, el cambio climático.
Estos días hemos sufrido un episodio más de lo que ya es estructural, las DANA, que han descargado grandes cantidades de agua sobre la ciudad, produciendo riadas e inundaciones en diversos puntos sin que, por suerte, tengamos que lamentar desgracias personales. Esta DANA se suma al último temporal de hace casi un año, que derribó árboles y generó gran inquietud entre la ciudadanía.
Si esto ocurre en otoño e invierno, durante el verano las olas de calor se extienden, aumentando en duración y alcanzando temperaturas cada vez más altas. Aun así, ante la repetición de estos fenómenos que han llegado para quedarse, la respuesta de la alcaldía se limita a lamentar los daños, pedir precaución, esperar lo próximo y cruzar los dedos para que sus efectos no sean devastadores.
Por todo esto, y si la alcaldesa y su equipo no quieren dar una imagen de negacionismo climático, urge que impulsen un estudio de adaptación de la ciudad al cambio climático y que destinen los recursos prioritarios a ese fin. Dejemos de lado los grandes eventos en una ciudad que carece de recursos económicos para “florituras” y enfrenta necesidades urgentes. Cada euro que no se invierta en este propósito se pagará en vidas y en daños materiales.
Desde mi organización política, Adelante Andalucía en Jerez, ya hemos advertido en varias ocasiones sobre la gravedad de la situación y propuesto medidas necesarias, no solo de contingencia, sino de adaptación a la crisis ecológica. Pedimos que se declare un plan de emergencia climática en nuestra ciudad. Estas medidas no son brindis al sol; cuentan con un amplio consenso en la comunidad científica y entre los movimientos ecologistas y climáticos.
Son al menos 202 personas las que fallecieron por los efectos de la DANA del pasado 29 de octubre, que arrasó varias localidades del Levante, y en Jerez vimos nuestras calles inundadas. Si la alcaldesa decide ignorar esto y aferrarse a un negacionismo que le impide actuar, será responsable de las consecuencias. Porque el negacionismo climático no se cura, pero sí devasta y mata.
* Carlos Fernández – Portavoz de Adelante Andalucía Jerez
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