El desmontaje del reloj del Gallo Azul de Jerez para su restauración tendrá que esperar

Publicado: 02/07/2024
Las labores, previstas para este martes, se han tenido que suspender por su avanzado deterioro
El avanzado estado de deterioro del reloj del Gallo Azul ha obligado a suspender su desmontaje definitivo este martes a primera hora, tal y como estaba previsto. Aunque los operarios se han desplazado hasta la histórica estructura de la calle Larga, finalmente no han podido proceder a su retirada para comenzar con su restauración debido al bloqueo de las piezas de la columna del reloj.

Junto a los trabajadores también se encontraba su restaurador, José María Galisteo, que sí ha podido supervisar el estado de conservación de su estructura, con lo que “próximamente” se procederá a su desmontaje definitivo tras este aplazamiento, tal y como han indicado desde la bodega Cayetano del Pino.

Hay que recordar que esta actuación para restauración, conservación y puesta en funcionamiento del Reloj del Gallo Azul, propiedad municipal, está contemplada en el convenio firmado entre el Ayuntamiento de Jerez y la bodega Cayetano del Pino.

Este acuerdo, que se firmaba el pasado 24 de mayo, posibilitará la recuperación de uno de los mayores atractivos turísticos de Jerez, considerado como una joya monumental de gran valor patrimonial, que fue instalado en el año 1934 como resultado de un concurso convocado por el Ayuntamiento para la ubicación de un poste indicador de direcciones frente al edificio del Gallo Azul.



La historia del reloj del Gallo Azul

Este elemento urbano fue inaugurado en 1929 de la mano de Aníbal González, siendo un regalo de la familia Domecq al pueblo de Jerez.  Según consta en la documentación relativa a este acuerdo, el proyecto ganador “fue el presentado por la Casa Domecq, que añadió al fuste un reloj de 2 caras con tres luces superiores, con los respectivos carteles indicando las direcciones de Sevilla y Cádiz, y con alegorías al mundo del vino que adornan la parte superior.

El artista escultor fue el jerezano José María Rivellot, mientras que la fundición del fuste y del reloj fueron obra del también jerezano Domingo de la Prida Álvarez, siguiendo los gustos y la moda del estilo conocido como la arquitectura del hierro.”

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