El Ayuntamiento de Jerez quiere sacar a venta forzosa la finca que ocupó el antiguo colegio mayor, situada en la calle Gaspar Fernández, y que se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para los vecinos de la zona dado su estado de abandono y sus continuas ‘okupaciones’.
De hecho, el Gobierno local ya ha aprobado el inicio del procedimiento de caducidad del expediente que promovió la propiedad del inmueble en 2010 para el desarrollo de un proyecto inmobiliario que nunca llegó a ejecutarse. Ahora, esos promotores disponen de un plazo de apenas un par de semanas para presentar alegaciones y en caso contrario deberían presentar un nuevo proyecto en el Ayuntamiento en un periodo máximo de dos meses.
Si no es así, el Consistorio estará legalmente habilitado para someter la finca a un proceso de venta forzosa sin necesidad siquiera de incluirla en el Registro Municipal de Solares y Edificaciones Ruinosas, tal y como explicó la delegada de Urbanismo, Belén de la Cuadra, en el Pleno celebrado la semana pasada.
El edificio como tal se encuentra abandonado desde 2005 y viene siendo foco habitual de conflictos, convirtiéndose además en una especie de vertedero donde los desaprensivos arrojan todo tipo de basuras. De ahí que desde el propio Ayuntamiento se parta de la base de que la solución no pasa por limpiar la finca, sino por cambiar su titularidad con el objetivo de que pueda desarrollarse un proyecto residencial.
La finca se desarrolla sobre una parcela de 493 metros cuadrados, ascendiendo la superficie construida a 1.361 metros cuadrados.
Inquietudes acerca del futuro Teatro Jerezano
La asociación de vecinos de La Albarizuela ha mostrado por otra parte su inquietud acerca de la próxima rehabilitación del antiguo Cine Jerezano, que ha sido adquirido por promotores privados y que se convertirá en teatro.
Los vecinos valoran el “impacto positivo” que puede tener esta actuación en el barrio, por cuanto se va a revitalizar “un edificio importante” que acumula ya años de abandono, pero han trasladado al Ayuntamiento algunas de sus inquietudes.
Por ejemplo, esperan que los trabajos de desmontaje de la actual cubierta –de fibrocemento- se implementen “rigurosas medidas de control” encaminadas a “prevenir la liberación de partículas de amianto” con el objetivo de “minimizar cualquier riesgo potencial para la salud de las personas”.
Además, y dado que el proyecto contempla el desarrollo de un espacio de ocio nocturno en la azotea, se confía en que se garantice el cumplimiento de la normativa en materia de contaminación acústica para que aquello que inicialmente es recibido con buenos ojos por el vecindario no termine generando nuevos problemas en la zona.
La asociación de vecinos espera que el Ayuntamiento tenga en cuenta estas y otras cuestiones, al tiempo que advierte de que mantendrá una actitud de “vigilancia activa” ante la próxima rehabilitación del inmueble, que debe llevarse a cabo “respetando la salud y el bienestar de las personas”.
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