Al mencionado centenar de casos gestionados a través de la grúa municipal se añadieron otros 315, de los que la Policía Local abrió sus correspondientes actas, dando lugar a que los propietarios retiraran sus vehículos en desuso hasta los lugares autorizados para ello.
Por tanto, la suma total de actas tramitadas en 2010 alcanzó las 415 que fue sensiblemente inferior a las 452 efectuadas durante el año anterior. El informe de la Policía Local hace un desglose centrándose en cada mes de 2010, de los cuales enero fue el que experimentó un mayor número de vehículos detectados, 52, y julio el que menos, con 5.
Datos que, según comenta la teniente de alcalde delegada de Protección Ciudadana, Cristina Garrido, denotan “el óptimo funcionamiento del grupo de la Policía Local especializado en el procedimiento administrativo y ejecutivo de la retirada de vehículos abandonados”.
Un proceso que comienza con la localización del vehículo e información al propietario que, si transcurrido un plazo de un mes no lo retira, se le comunica sobre la correspondiente denuncia y conversión del vehículo en Residuo Sólido Urbano (RSU). En el caso de nula respuesta del propietario se publica en el BOE (Boletín Oficial del Estado), paso previo al Decreto de Alcaldía que ordena la retirada definitiva del vehículo abandonado y su traslado al Centro de Tratamiento de Vehículos Abandonados (Centro Autorizado de Tratamiento de Vehículos).
Las sanciones impuestas al propietario pueden alcanzar cantidades cercanas a los 30.000 euros, medidas coercitivas que junto a las campañas de concienciación puestas en marcha por el Ayuntamiento son los principales factores que están haciendo posible la notable reducción experimentada del número de casos.
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