"Esto cada vez está peor y es lo como si no pasara nada. Es peligroso. Cada vez hay más grietas... No sabemos a qué están esperando. Es que llevamos más de un año con la plaza cerrada por una obra que no se ha hecho”. El que habla es un vecino afectado
por el cierre de la céntrica plaza del Carbón en el tramo con Ronda Muleros, un nudo importante de conexión entre la zona sur y el centro, que cumple ya casi año y medio cortado al tráfico. En la vida se les habría pasado por la imaginación que el arreglo de un socavón en la carretera en noviembre de 2022 les iba a acarrear tantos quebraderos de cabeza. Era noviembre cuando el Ayuntamiento avisaba de un corte total de tráfico en la zona “por deficiencias en la calzada”.
La clausura al tráfico se producía después de que se observara un movimiento de tierras vinculado a la red de abastecimiento de aguas. No se aportaba plazo para finalizar estos trabajos. “Hasta su reparación”, decía la nota informativa. Y todo se torció casi desde el principio. Las catas realizadas detectaron problemas de canalización de aguas. Después llegó el estudio geotécnico, y hasta ahí pudieron leer casi.
En mayo de 2023, el Ayuntamiento solo acertó a confirmar que este espacio seguiría cerrado al tráfico “por obras de subsanación de las deficiencias en la calzada”, mientras los vecinos comenzaban a registrar escritos pidiendo explicaciones y las razones de la falta de actividad. “Es que parece que se aprovechan de la inacción de los vecinos”, señala un joven afectado, que resalta el hecho de que buena parte de los habitantes de este enclave sean personas mayores. “Aqualia y el Ayuntamiento se han ido pasando la pelota y también se ha dicho que no había dinero”, agrega este residente, impotente, y sin saber ya a qué atenerse cuando se cumplen ya casi año y medio de este cierre parcial.
La peor parte, según denuncian, se la ha llevado una casa antigua donde viven tres familias y con grietas de arriba a abajo y otra justamente al lado. Además, el desnivel en el terreno también se ha agravado y cada día hay más losas levantadas. Y para colmo repartidores e incluso camiones de suministro hacen caso omiso y a veces incluso retiran las vallas. Los vecinos han llegado incluso a poner ellos mismos las presillas . Tienen miedo de que ocurra una desgracia. “Cada vez está todo más hundido, los contenedores están torcidos. Atravesar el semáforo es un dilema. A mi cuñada que tiene que cruzarlo le da miedo. Esto es un peligro para las personas mayores y para cualquiera que pase con un carrito”, cuenta otra residente, que prefiere ni echar la vista atrás sobre el tiempo que llevan así. No se explica cómo a la gente “no le da miedo vivir ahí”, explica para referirse a la finca más afectada.
“Un problema serio”
Tras el cambio de Gobierno al frente del Ayuntamiento en mayo, el pasado mes de octubre, la delegada municipal de Urbanismo, Belén de la Cuadra, admitía en el Pleno municipal que se encontraban ante un “problema serio” para el que se estaban barajando varias soluciones. Hablaba entonces de un nuevo proyecto que se estaba realizando por parte de un estudio geotécnico en colaboración con la Universidad de Sevilla, tras haber descartado otro anterior que, tal y como admitió, no le terminaba de convencer, dijo a preguntas del portavoz de La Confluencia, Raúl Ruiz-Berdejo.
Este segundo y nuevo proyecto ya está terminado y a la espera de salir a licitación para acometer unos trabajos que ejecutará Aquajerez, en el marco de su plan anual de inversiones, tal y como han confirmado a este medio fuentes del Gobierno municipal, sin que hayan trascendido por el momento los plazos previstos para realizar esta intervención y poner fin a un suplicio para los vecinos que dura ya demasiado tiempo y que ha convertido este plaza en un punto negro. Lo de los rodeos para moverse con el coche por la zona, reiteran, es un caso aparte.