Es la pasarela más libre, la menos encorsetada y la
más desenfadada. En ella no desfilan modelos profesionales, sino mujeres con mucha solera que dan nombre a esta iniciativa en el marco de la Pasarela Flamenca Tío Pepe, que ya cumple una década.
Con estos antecedentes, no resulta raro que el casting de
Mujeres con solera, para el que solo se les demanda que sean mayores de 45 años y se enfunden el traje de flamenca el día del desfile, reúna cada año a más aspirantes, como ha ocurrido este jueves en el hotel Sherry Park, con la participación de más de 100 candidatas. Solo veinte se subirán a la pasarela en febrero en González Byass, pero no era lo que más les preocupaba. La experiencia de estar en una cita de estas características, en la que les toman medidas, desfilan, conocen a gente y hacen sus pinitos en la moda era lo que más valoraban antes de comenzar la selección.
Siempre hay caras nuevas, pero también veteranas como Carmen, de 58 años, una enamorada de la moda flamenca, que se presentó la primera vez casi por casualidad, la escogieron y ya siempre que puede, repite. “Es muy divertido, disfruto mucho porque me gusta mucho la moda”. Ella ya casi no tiene nervios, aunque la primera vez tuvo que lidiar con ellos. “Yo lo que les digo es que no se pongan nerviosas y que lo disfruten, aunque no les cojan. Lo que hay que hacer es ser tú misma y hacerlo lo mejor que puedas”, recomienda a sus compañeras.
Lola tiene 67 años y reconoce a los micrófonos de 7TV Jerez que se ha quitado el gusanillo del modelaje gracias a esta iniciativa, en la que tampoco es nueva. “El traje de flamenca nos lo ponemos todas. Yo nunca me he dedicado a esto pero me gusta ser modelo. Y también tiene derecho la gente de 60 y de 80 a participar”, explica. Y tanto. La propia directora de la Pasarela Flamenca Tío Pepe, Ana Belén Morillo, contaba que en la última edición la modelo de más edad fue una señora de 89 años.
Almudena y Cristina, dos gemelas de 41 años, venían desde Sevilla y entraron en el
casting in extremis. “Al final nos han dejado. Hemos llegado por poquito”, reconocían. Ellas sí tenían más tablas en otros desfiles, pero aún así querían estar también en Jerez, conscientes de las dificultades con las que se encuentran en esta profesión cuando cumplen los 30. “Ya desde esa edad es difícil meterte en pasarela salvo que conozca a algún diseñador porque hay mucha competencia”, explicaban.
Morillo destacaba lo difícil que lo había tenido el jurado para escoger a las veinte que se subirán a esta pasarela tan especial para dar respuesta a una demanda de la calle. “La iniciativa nació hace 10 años cuando nos pidieron que la mujer de a pie, la real, la que se viste para ir a la feria con diferentes tallas, cuerpos y edades, se viese reflejada en la Pasarela, y para nosotros fue muy importante poder cumplirlo”. Y que para la moda flamenca no hay edad.