No es la primera noticia que se tiene del amor que Japón procesa al flamenco de Jerez. Ahí está, por ejemplo, el libro publicado por
David López Canales bajo el título
Un tablao en otro mundo: La asombrosa historia de cómo el flamenco conquistó Japón (Alianza Editorial, 2021), en el que recorre la historia del arte jondo en el país nipón desde los comienzos hasta la actualidad.
Para siempre queda ya, como obra cumbre, ese documental dirigido
por Fernando González Caballos dedicado a la Paquera de Jerez y su estancia en Tokio cuyas expresiones se convirtieron en inolvidables: “¡traerme un puchero de Sevilla o de Jerez de la Frontera, Tokio de mis carnes!”. El propio Chiquito de la Calzada bromeaba con Jesús Quintero sobre la problemática de dejarle dinero a un japonés, por aquello de que se parecen muchos unos a otros.
Está claro que la afición japonesa ha dado mucho al flamenco, especialmente al de Jerez, y viceversa. Claro ejemplo es la gira que están llevando a cabo tres artistas de la tierra en estos días por allí, bajo la batuta de
Ryo-kun y Jesús Méndez, encargado de la producción musical del disco el primero, guitarrista de profesión. Desde el 24 de octubre al 7 de noviembre, Méndez junto a Andrés Peña y Ané Carrasco están sembrando el arte jerezano al compás que marca la guitarra del japonés, quien para este medio ha mostrado “agradecimientos, cariño y admiración” por la ciudad.
Hasta aquí llegará en el mes de febrero, coincidiendo con el Festival de Jerez, para presentar en
la Peña La Bulería el disco que grabaron hace unos meses y en el que, además de los mencionados, colaboran otros nombres importantes como David Palomar y las palmas de Cantarote y Diego Montoya.
Jesús ha comentado que “estamos muy contentos con esta nueva experiencia porque es bonita, es emocionante comprobar como tanta gente nos admiran, siendo de tan lejos, y nos respetan por cualquier sitio que vamos. Es cierto que aquí se viene a darlo todo
porque existe una gran afición y saben lo que escuchan y lo que ven, no es fácil convencerlos”.
Durante estos quince días han pasado por distintas ciudades como Tokio, con dos conciertos, Osaka y Fukuoka, con un espectáculo en cada una de ellas. “Estar aquí es una alegría aunque lo peor suele ser el viaje, más si cabe con las complicaciones que están dándose con las guerras por lo que es aún más largo, unas dieciocho horas con transbordo pero merece la pena”, apunta Jesús. A través de las redes sociales puede colegirse que esta gira está convirtiéndose en una fiesta, en la que la convivencia entre ellos es maravillosa y en la que Río, el que ha montado todo esto, está viviendo
“un sueño”. Así puede verse en fotografías y comentarios, en actuaciones que se cierra con un fin de fiesta en la que hasta el guitarrista sale bailando, como ocurrió en la función en la mítica Casa Gloria.
El japonés presume tanto de Jerez que ha querido titular a su disco Río de la Frontera. Cada actuación cuenta con un público numeroso, tanto que suele acabarse el papel. No hay que pasar por alto que Río es una figura destacada entre los aficionados flamencos del país del sol naciente y que su trayectoria es larga y afamada, siendo uno de los rostros más conocidos también aquí por sus tantas idas y venidas con motivo de cualquier festival o motivo especial.
Parece que el
aspecto culinario tampoco es un problema para los artistas jerezanos, disfrutando de la gastronomía japonesa sin ningún tapujo o rechazo, todo lo contrario. “Aquí se come muy bien y nos atienden de categoría,
solo podemos dar gracias por todo lo que nos aportan y por el trato que recibimos”. Como se apuntaba en líneas más arriba, ya preparan la presentación en Jerez que “lo esperan con una ilusión tremenda, como la fecha más importante para él en muchos años”, recalca Jesús.