La alcaldesa de Jerez, María José García-Pelayo, va a hacer coincidir sus primeros cien días de Gobierno con su elección como presidenta de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). No es algo que tuviera planeado, pero dice mucho del momento en alza que vive en el seno del partido -también ha sido elegida senadora-, de su estrecho vínculo con el actual líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y de su participación en el impacto nacional de la ola del cambio iniciada en Andalucía por Juanma Moreno hace poco más de un año.
De momento, todo son buenas noticias para Pelayo, a la espera de que fructifique una gestión que en sus primeros cien días de mandato ha estado marcada por la apuesta por la mejora de la limpieza viaria y por el respaldo que la ciudad ha recibido a nivel institucional tanto de la Junta de Andalucía, como de la Diputación de Cádiz. Eso sí, el nuevo ejecutivo también se ha alimentado del rebufo de proyectos que había impulsado el anterior gobierno y ha tenido que afrontar situaciones tan inverosímiles, caso de la plaga de moscas generada en el polígono El Portal, como incómodas, como ha ocurrido con el incremento del coste de los asesores o la supuesta subida del recibo de la basura, que puede dejar en entredicho -si no evitan repercutir el incremento del coste del servicio en el ciudadano- la promesa electoral de no subir los impuestos.
Pero si el Gobierno ha tenido que realizar una demostración de efectividad y compromiso ha sido a través del incremento del servicio de limpieza viaria, que ha dado pie a la elaboración de un Plan Especial de Limpieza que va a desembocar en la modificación del contrato con la concesionaria para contar con más recursos mecánicos y humanos, “porque en limpieza no se puede parchear”, destacaba la propia alcaldesa esta semana.
El ejecutivo también puede reivindicar los frutos de su gestión en la reconducción de situaciones críticas, como la que ya se vivía en torno a las obras del eje de Santiago, reanudadas finalmente y reprogramadas para superar las dificultades que han acompañado a su ejecución. Para ello, la implicación de la Diputación ha sido providencial, ya que 180.000 euros de los más de 4 millones que va a destinar a Jerez hasta final de año se dedicarán a estas obras. Se ha visto ahí, asimismo, el compromiso del ente supramunicipal con Jerez -presidido además, por primera vez, por una concejala jerezana, Almudena Martínez del Junco-, pero no es el único.
También la Junta ha dado trato preferencial a Jerez con los primeros pasos en favor del proyecto de la Ciudad de la Justicia, la firma del contrato con Dorna para la celebración del Mundial de Motos en el Circuito de Jerez en 2024, la apertura del procedimiento para la legalización de viviendas en vías pecuarias, y el inicio de las obras del futuro centro de salud de Díez Mérito; y el Ayuntamiento le corresponderá con la concesión del Premio Especial Ciudad de Jerez el próximo 9 de octubre, lo que augura una casi segura visita de Juanma Moreno a la ciudad y, quién sabe, si acompañada de algún nuevo anuncio.
En estos cien días también se ha puesto en marcha la nueva Mesa de Seguridad -otra de las cuestiones innegociables que marcaban la hoja de ruta del Plan Jerez de Pelayo-, se ha asumido la apertura y gestión del Museo del Belén, se ha anunciado el regreso de la Cabalgata de Reyes al centro y se ha apostado por encumbrar el mundo del caballo en favor de la marca Jerez y de un sector con muchas posibilidades en la ciudad.
Y, del mismo modo, hay que resaltar el papel primordial que están desempeñando en la dinámica del nuevo ejecutivo Agustín Muñoz -más sobrecargado aún tras las designaciones de Pelayo como senadora y presidenta de la FEMP- y Jaime Espinar, así como las consecuencias reorganizativas que han implicado la marcha a Cádiz de Martínez del Junco y Rafael Mateos.
Pero estos cien días también han dejado algún que otro borrón y momentos incómodos a partir de determinadas decisiones entre lo inesperado y lo polémico. La primera de ellas, el desmantelamiento del Grupo Beta de la Policía local; la segunda el incremento del coste de los asesores vinculados al Gobierno -sin olvidar el episodio -legal, pero poco estético- de la asesora y el contrato musical; y el tercero el ya citado de la previsible subida de la tasa de la basura. Tampoco ha habido buenas noticias de cara a la construcción de las más de 200 viviendas sociales, pero quedan por delante muchos más días para intentar ver una solución, al igual que a todo cuanto haya de venir durante los próximos tres años y 265 días.
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