Las obras de rehabilitación del palacio de Borghetto –en la zona del Mamelón- se encuentran ya en su fase final, según ha podido comprobar la alcaldesa, María José García-Pelayo, en el transcurso de una visita al edificio cedido por el Ayuntamiento a la Cámara de Comercio en base a un convenio suscrito en febrero de 2021.
La ejecución del proyecto de reforma de este edificio en un centro de empresas tiene un presupuesto de algo más de un millón de euros, aportando la Diputación Provincial 231.525,60 euros. A la rehabilitación del antiguo palacio se destinan 840.000 euros.
Como es sabido, la Cámara de Comercio desarrollará en este edificio un espacio de ‘coworking’ y ‘hub digital’, ofreciendo herramientas tecnológicas, mentores y expertos especializados a pequeños emprendedores.
De hecho, el objetivo de esta iniciativa es crear y equipar un espacio de trabajo desde el que trabajar para mejorar la competitividad y productividad a través del fomento intensivo de la transformación digital.
Por tanto la idea del proyecto es favorecer la transformación digital de pequeños emprendedores como llave para que las empresas crezcan, incorporen mejoras productivas e incluso puedan dar el salto a su internacionalización. El equipamiento se concebirá por tanto como un centro con diferentes áreas de trabajo y especialización para todos sus usuarios.
García-Pelayo ha felicitado a los representantes de la Cámara de Comercio por la iniciativa y el impulso que el nuevo equipamiento dará a este enclave del centro histórico, recuperando la actividad en un edificio singular desde el que, además, se dinamizarán las relaciones de negocio al estar diseñado para el trabajo colaborativo y la creación de sinergias.
La alcaldesa también ha destacado el valor de los proyectos innovadores y culturales que acogerá el edificio y las posibilidades que ofrece su diseño para celebrar eventos culturales de diversos formatos.
En febrero de 2021, el Ayuntamiento y la Cámara de Comercio firmaron un convenio en virtud del cual el Consistorio recibía de la organización empresarial el antiguo vivero de la Ciudad del Transporte a cambio de cederle el palacio de Borguetto.
La idea que entonces se expuso es que ambos espacios se complementaran y permitieran contribuir a la generación de empleo vinculado a las iniciativas culturales.
Antes del inicio de estas obras de rehabilitación, el edificio llevaba varios años cerrado y si bien su estado de conservación era aceptable, precisaba de una serie de intervenciones para adaptarse a su futuro uso.
El palacio de Borghetto fue mandado a construir entre los años 1944-1945 por el entonces titular de dicho marquesado, siendo proyectado por el arquitecto Fernando de la Cuadra. Pasó al patrimonio municipal tras la expropiación de Rumasa.
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