Las estrictas y necesarias medidas de seguridad se acomodan para ofrecer a los internos comodidad en celdas dobles. Serán 50 en total, incluyendo tres en un ala independiente para mujeres y otra que puede destinarse, según las necesidades, para menores.
La mayoría de las celdas cuentan con vistas al Estrecho de Gibraltar y a la costa marroquí. El ministro principal, Peter Caruana, giró ayer una visita a las nuevas instalaciones, acompañado por el ministro de Justicia, Daniel Feetham. Caruana resaltó en su visita que la nueva prisión era una necesidad para Gibraltar, no sólo para los internos, sino también para el personal laboral de la misma.
La nueva cárcel llevará el nombre de Windmill Hill. “Espero que haya que utilizarla lo menos posible”, comentó Caruana, añadiendo que “ya el Peñón cuenta con unas instalaciones carcelarias de las que nunca más se avergonzará”. Aunque el edificio se ha diseñado para cubrir las necesidades locales, se han seguido en su construcción los estándares británicos en lo que a seguridad y bienestar de los internos se refiere.
Además del nuevo edificio, se ha incrementado la plantilla con 16 nuevos funcionarios, lo que eleva el número a 47 trabajadores de prisión.
El superintendente de la prisión, Richard Aguilera, declaró ayer que “se abre una nueva era para estos servicios”. La prisión ha sido diseñada para la rutina diaria de los internos, aunque se pone especial énfasis en los programas de rehabilitación y descanso. Asimismo contará con una capilla.
El traslado de internos a la nueva cárcel se organizará durante los meses de verano. Una vez concluido, el Castillo Árabe se someterá a un intenso programa de remodelación para turismo.
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