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Investigadores de la UCA usan restos de uva para eliminar metales pesados del agua

Este procedimiento permite reutilizar los desechos de este fruto, sin necesidad de procesos complejos, en la remediación de ecosistemas.

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  • Uvas. -

Un equipo de investigación de la Universidad de Cádiz (UCA) ha propuesto el uso de biomasa procedente de residuos agroalimentarios, como la uva, para la absorción de metales pesados y nocivos que puedan encontrarse en el agua. Este procedimiento permite reutilizar los desechos de este fruto, sin necesidad de procesos complejos, en la remediación de ecosistemas.

Los datos obtenidos en los ensayos de esta investigación indican que se logran rendimientos de hasta el 90% en la eliminación de plomo, el 60% de cadmio y un 40% de níquel y cobalto con el uso de vainas de haba y algarrobo, tallo de brócoli y semillas de uva, según ha señalado la Fundación Descubre, dependiente de la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación, en una nota.

El uso de residuos agroalimentarios puede representar una alternativa "más económica y sencilla de implementar", ya que los métodos habituales para la retención de este tipo de sustancias presentes en las aguas contaminadas requieren de reactivos químicos y procesos que, a veces, pueden tener "un elevado coste y un alto gasto energético". Así se expone en el artículo 'Potential Use of Low-Cost Agri-Food Waste as Biosorbents for the Removal of Cd(II), Co(II), Ni(II) and Pb(II) from Aqueous Solutions', publicado en la revista Separations.

"En una zona como Cádiz, los residuos de la industria vinícola suponen una fuente importante de biomasa inerte que se podría utilizar para la depuración de aguas con un coste muy bajo y con métodos más sostenibles con el medioambiente", ha explicado a la Fundación Descubre la investigadora de la Universidad de Cádiz María Dolores Galindo, coautora del artículo.

En concreto, se ha estudiado la capacidad de absorción de metales pesados por biomasa preparada a partir de semilla de uva, orujo de uva, semilla de níspero, tallo de brócoli calabrés, vaina de algarroba y de haba, cáscara de naranja amarga, kumquat, pulpa de naranja y de plátano de Canarias. Entre ellos, los investigadores han propuesto como "los más idóneos" la biomasa de semilla de uva, el tallo de brócoli, la vaina de algarrobo y las cáscara de naranja amarga.

El proceso para utilizar esta biomasa consiste en la preparación previa de los residuos mediante su secado, triturado y tamizado. Una vez obtenida la biomasa inerte, se adiciona a la masa de agua contaminada. El sustrato añadido absorbe los metales del agua sin necesidad, en la mayoría de los casos, de ningún otro aditivo, ha detallado la entidad.

En la actualidad, están estudiando otros residuos, como los procedentes de algas que se suelen recoger de las playas durante su limpieza o residuos de jardinería producidos en el desbroce, como ocurre en la eliminación de jaramagos. "Trabajar por una economía circular en la que avancemos hacia una cultura de residuo cero, es uno de los objetivos que la ciencia, en general, y nuestro equipo, en particular, perseguimos", ha manifestado la investigadora.

El estudio se ha financiado mediante los fondos destinados al grupo de investigación 'RNM 236-Geoquímica marina', del cual la profesora Galindo es la investigadora principal, y del programa de Fomento e Impulso de la Investigación y de la Transferencia, PR2020-013, de la Universidad de Cádiz.

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