Dos jerezanos están viviendo una auténtica odisea en Qatar, hasta donde han viajado para poder ver el debut de España en el Mundial que se está jugando en este país. Nacho Almeda e Inma Guerrero son una pareja de Jerez y se han desplazado hasta Doha, aunque no se esperaban todo lo que iban a pasar para poder instalarse en su alojamiento. De hecho, en declaraciones a Viva Jerez cuentan que “por fin nos hemos ubicado en lo que habíamos reservado, estando muy listos, avispados y tirando de ingenio”.
Cuentan que tras aterrizar y llegar al alojamiento “había una cola de miles de personas y no exagero. No era solo las personas que había, si no las que iban llegando de vuelos nuevos”. Estaban en la recepción en una cola “que no avanzaba” y después de más de una hora, cuenta Nacho que “me da por preguntar y nos dicen que las habitaciones no están limpias. ¿Cómo no van a estar limpias si el Mundial está empezando ahora?”.
La sorpresa para esta pareja fue mayúscula. Todo se produce porque “los contenedores donde la gente deposita las maletas cuando deja la habitación son muy pequeños y no había espacio para todo el mundo. La gente dejó sus maletas en los contenedores donde se duerme, que son unas habitaciones muy chulas. No los habían soltado y se habían llevado las llaves a los estadios y claro, no había habitaciones libres”.
Además, la situación era complicada porque “desde las cuatro de la mañana que nos levantamos en Madrid hemos estado casi 24 horas sin poder dormir”. Este cansancio no les impidió estar atentos cuando “uno de los que mandaba cogió el teléfono y me puse al lado suya porque estaba intentando solucionar esto”.
“De repente empiezan a llegar autobuses y nos dicen que nos van a llevar a otros apartamentos en medio del desierto”, comenta Nacho, “en lo que sería un motel de baja calidad, donde por lo menos iba a hacer el apaño”. Una vez que abren las puertas “estuvimos rápidos y nos montamos los primeros en el autobús. Y menos mal, porque cuando llegamos había muy pocas habitaciones libres, las que había ido soltando la gente. Para mil y pico de personas, imposible”.
Lograron la habitación y “hemos dormido allí y esta mañana desde primera hora, sin dejar la otra habitación he vuelto a Doha. He contado la anécdota de que mi novia está embarazada y que no podíamos dar más vueltas y ha venido un señor y nos ha ubicado por aquí. Hemos vuelto por las maletas y hemos llegado a nuestro alojamiento”.
Llevan todo el día “dando vueltas con uber y taxis, que son carísimos aquí en Qatar y por fin estamos deshaciendo las maletas. Vamos a comer y nos vamos a ver el partido de España al estadio”.
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