La Esperanza de la Yedra despertó este miércoles al Jerez cofrade de una pesadilla que se ha prolongado por espacio de dos años, justo el tiempo transcurrido entre que María Santísima de la Concepción regresara a la parroquia de las Viñas tras presidir el pontifical de la Solemnidad de la Inmaculada en la Catedral y la apertura de las puertas de la capilla que corona la Plazuela.
La Hermandad de la Yedra había previsto que su titular mariana pusiera rumbo al primer templo diocesano a las siete de la mañana. Sin embargo, la incertidumbre meteorológica –que por momentos se tradujo en fina llovizna- aconsejó retrasar la salida por espacio de algo más de media hora.
Valió la pena esperar porque lo vivido a partir de entonces quedará guardado para siempre en las retinas de quienes madrugaron para esperar la salida de la Virgen de la Esperanza. El traslado a la Catedral adquirió caracteres extraordinarios desde un primer momento. Sonaron las marchas una tras otra de la Banda de Música Santa Ana de Dos Hermanas, alternadas con los villancicos del propio coro de la Hermandad de la Yedra y de grupos que de manera espontánea también quisieron saludar el paso de la Santísima Virgen con coplas de la Nochebuena de Jerez.
Sorprendió que fueran tantas las personas que arroparan a la Esperanza de la Yedra durante todo su itinerario de camino a la Catedral en lo que por momentos pareció un amanecer de Viernes Santo. Igualmente nutrido el cortejo de hermanos que acompañó a su titular.
En la víspera de esta salida extraordinaria se realizaron test de antígenos a todos los integrantes de la cuadrilla de costaleros que comandó Tomás Sampalo. Además, bajo el paso se colocaron un par de aparatos purificadores de aire para tratar de aminorar al máximo el riesgo de contagio.
El retraso que se acumuló a la salida aconsejó a la cofradía acortar el tramo final del itinerario inicialmente previsto, accediendo a la Catedral por plaza Monti, Manuel María González y De la Rosa en lugar de tomar por Pozuelo, Letrados, Asunción y José Luis Díez.
A las once de la mañana se inició el pontifical de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, oficiado por el obispo de Asidonia-Jerez, José Rico Pavés, ocupando el presbiterio la Virgen de la Esperanza.
A continuación, el protagonismo cofradiero se trasladaría a la parroquia de San Pedro, desde donde partió Nuestra Señora de Loreto camino de la basílica de la Merced, donde se celebra ya un triduo de carácter extraordinario enmarcado en la finalización del Año Jubilar Lauretano.
La titular de la cofradía del Viernes Santo procesionó sobre las andas de la patrona de la ciudad, completadas con peana, candelería y juego de faroles.
Le acompañó el coro de capilla San Pedro Nolasco, cuya música volvió a sonar acompañada del realejo que ya fuera estrenado en la tarde del Viernes Santo.
La Virgen de Loreto regresará a la parroquia de San Pedro este próximo sábado, a partir de las cuatro de la tarde, en procesión extraordinaria que contará con la presencia de la Banda Municipal de Música de Rota Maestro Enrique Galán.
Este histórico 8 de diciembre se completó con la habitual presencia en las calles de su feligresía de María Santísima de la Concepción, que volvió a presidir su rosario de la aurora tras el obligado paréntesis del año pasado. Posteriormente la imagen quedaría expuesta en ceremonia de veneración.
