La Cuaresma es un tiempo de gracia, de manifestación de fe, tiempo de caridad y para una vida en esperanza y ha comenzado este 17 de febrero, con la Misa de Imposición de la Ceniza, en la Santa Iglesia Catedral, oficiada por el obispo de la Diócesis de Jaén, Amadeo Rodríguez.
Continuó con el Vía Crucis, este año estático, presidido por la imagen del Santísimo Cristo del Santo Sepulcro, de la Antigua, Insigne, Venerable y Real Congregación del Santo Sepulcro de Cristo y de Siervos de la Orden Tercera de Nuestra Señora de los Dolores.
Organizado por la Agrupación de Cofradías y Hermandades de la Ciudad, se han cumplido las medidas de seguridad por la pandemia del Covid-19. Entre otras, el aforo, restringido a 300 personas, cofrades y fieles que no han querido faltar a una celebración litúrgica preparatoria como cristianos.
La organización ha mantenido la esencia religiosa, en un inicio de Cuaresma en el que el obispo se dirigió a los presentes para que se plantearan la necesidad de recordar de dónde vienen, invitándoles a centrarse en el horizonte al que van, reencontrar lo que han perdido, reconstruir lo que se ha roto y resucitar lo convertido en muerte para vencer en las derrotas, a la vez que descubrir las señales que aún quedan en cada uno para poder continuar en el camino de la vida. Unas palabras reflejadas en su carta pastoral y que cobraron más sentido por la realidad social y sanitaria actual.
Los fieles permanecieron en sus bancos, en una celebración estática únicamente interrumpida en el momento de la imposición de la ceniza. Entre los cofrades, la junta de Gobierno de la Real Congregación del Santo Sepulcro de Cristo (parroquia de San Juan), de la que es Gobernadora Ascensión Cárdenas. La Imagen permaneció en el presbiterio, sin urna y rodeada de cirios encendidos y un exorno floral frontal, incluso en el momento del Vía Crucis. Y es que fueron los cofrades de la Congregación quienes rezaron junto al obispo las estaciones por el interior del templo catedralicio, portando una Cruz parroquial y ciriales, manteniéndose la Imagen en el Altar.
“Es un orgullo presidir el Vía Crucis. Lo habíamos solicitado en 2019 porque este año se conmemora el 325º aniversario de la estancia de la Cofradía en la parroquia de San Juan. Solicitamos a la Agrupación llevar la Imagen y estuvieron de acuerdo. Sabíamos que iba a ser un Vía Crucis diferente, por la pandemia, pero entendíamos que la hermandad tenía que seguir funcionando. La Imagen es muy desconocida porque al Santo Sepulcro se le reconoce por la urna, pero es una hermandad muy querida”, reconoció a VIVA Cárdenas.
Ha comenzado una Cuaresma singular, “para el cultivo de la oración personal y comunitaria”, en palabras de Amadeo Rodríguez.
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